Ahora que todo se está encareciendo a niveles nunca vistos, con una inflación disparada, los materiales por las nubes y una crisis del transporte y de los carburantes como ninguna otra, no nos queda más remedio que, mientras se toman medidas, intentemos ahorrar todo lo que podamos por nuestra cuenta.

Ya te hemos contado algunos trucos, como por ejemplo cómo puedes ahorrar al cocinar, al poner la calefacción o a la hora de poner la lavadora. También algunas fórmulas para reducir los gastos hormiga o reglas muy sencillas para guardar dinero al año de una forma fácil.

Y a la hora de hacer la compra también podemos aplicar trucos y técnicas que van mucho más allá de los consejos básicos de que no compres aquello que no necesitas, olvídate de los caprichos o compra pollo y no solomillo porque es mucho más caro.

Lista inversa

El caso es que, a la hora de hacer la compra semanal, solemos llevarnos una lista de la compra con aquello que necesitamos. En casa se nos acaba algo, lo ponemos en una lista y en el momento de acudir a las tiendas de proximidad o al supermercado compramos lo que pone, algo más que vemos y apañado.

Sin embargo, un método que se está imponiendo es el de hacer una lista de la compra inversa. Es decir, te llevas lo que tienes y no lo que necesitas.

¿Qué ventajas tiene? La principal es que te "obliga" a planificar bien cada comida y cada cena. Es decir, a tenerlo todo bien previsto y a tener en tu cabeza los ingredientes y condimentos que necesitarás. Por ejemplo, si vas a preparar albóndigas con tomate y en la lista de casa tienes apuntado pan rallado, tomate, pimienta, sal y huevos, sabrás que solo te faltará la carne picada.

Este método sirve sobre todo para ahorrar, porque se evita comprar todo aquello que no necesitamos y que solo va a hacer encarecer la lista de la compra, que tengamos que echar mano del congelador o, lo que es peor, que algunos alimentos se nos caduquen o echen a perder por una falta de planificación.