Guardar dinero es una tarea complicada. Tenemos muchos gastos de normal, los sueldos no suben y los carburantes, la luz y el gas siguen su imparable (de momento) escalada sin saber cuándo tocará techo. La cesta de la compra se ha encarecido, los precios son cada vez mayores en servicios básicos y cuesta tener un colchón económico.

Ya te hablamos de algún truco para ahorrar, como por ejemplo identificar y reducir los gastos hormiga, aquellos pequeños que se van sumando cada día y que al final acaban pasando factura, pero hay muchos trucos y reglas que se pueden seguir y que permiten ahorrar sin esfuerzo.

Todo parte de la misma base: ponerse un objetivo diario o semanal y cumplirlo. Yendo más a lo concreto, seguir un método concreto de ahorro y ser constante. No es difícil, solo consiste en ponerse una regla y ya. Te contamos tres de ellas.

El reto del céntimo

Es muy sencilla y solo necesitarás saber qué día del año es. Es tan fácil como meter en una hucha o donde mejor consideres un céntimo el 1 de enero, dos céntimos el 2 de enero y así sucesivamente hasta el 31 de diciembre, donde meterás 3,65 euros (salvo que sea bisiesto, que serán 3,66). Parece poca cosa, pero si te paras a sumar son 667,95 euros al año.

Por supuesto, puedes variar. Puedes establecer todas las cantidades en un folio o una hoja de excel e ir tachando cantidades que vayan del céntimo a los 3,65 euros, así no repetirás cantidades. Y otro método es hacerlo inverso, es decir, para que a final de año no se haga muy cuesta arriba, ir bajando desde 3,65 hasta 1 céntimo.

El reto semanal

Muy parecido al anterior, pero que te permitirá ahorrar más dinero, tanto que al final del año serán 1.378 euros. Tiene el mismo modus operandi, pero con matices. En vez de ser diario es semanal y consiste en ir aumentando la cantidad que cada siete días se mete en la hucha. Empieza la semana 1 con 1 euro, sigue la semana 2 del año con 2 euros y termina la semana 52 con 52 euros.

Si no quieres que en diciembre, que es un mes complicado, tengas que ahorrar 200 euros, puedes optar por lo mismo que te hemos contado en el caso anterior y es ir alternando.

La regla de los 30 días

Sirva para caprichos principalmente y necesitarás fuerza de voluntad para llevarla a cabo. Cuando pienses en comprarte algo que conlleve un gasto considerable, espera 30 días y pregúntate entonces si sigues necesitándolo. Si la respuesta es que sí, adelante. Si es que no, no lo compres.