El anuncio del cierre de la estación de Candanchú, propiedad de Ibernieve, a partir del próximo 3 de abril, dos semanas antes de lo previsto, ha cogido a todos por sorpresa: municipios, empresarios y hasta en las instituciones. En todos los ámbitos existe «malestar» y cierto desconcierto por el comunicado con el que la dirección de las pistas de esquí avanzó su decisión de no abrir más allá del fin de semana que viene, cuando la fecha que se había pactado con el resto de estaciones aragonesas para dar fin a la temporada era la del 17 de abril, una vez hubiera pasado la Semana Santa.

«Ha sido totalmente inesperado. Pensábamos que el cierre iba a ser conjunto con Astún pero de un día para otro nos hemos enterado de que no iba a ser así. Nieve hay y los clientes que han venido estas últimas semanas se han ido muy satisfechos. Es una pena, pero ellos sabrán», comentaba ayer a este diario Amparo Lecumberri, del hotel Edelweiss, situado al pie de las pistas de Candanchú.

Según alegaron desde la dirección de la estación en un comunicado, el motivo de este adelanto del fin de la temporada se compone de tres factores: «El empeoramiento de la calidad de la nieve»; «la considerable disminución de afluencia de esquiadores que se ha producido desde la segunda quincena del mes de marzo»; y la «incertidumbre económica» que ha provocado que se disparen «los costes del suministro eléctrico y de carburantes».

«No entramos a valorar las razones», dice Lecumberri, «pero desde luego no estamos de acuerdo», comenta. «No han avisado a nadie», añade. No obstante, la empresaria tranquiliza a sus clientes: «Quien quiera venir a esquiar puede porque Astún sigue abierto y los forfaits valen para las dos estaciones. Y el bus hasta Astún sigue funcionado. Ha sido más que no nos lo esperábamos», cuenta. Lo «inesperado» del anuncio es lo que peor ha sentado en el valle, puesto que la noticia se ha conocido al cierre de una temporada en la que Candanchú podría no haber abierto.

En julio de 2021 la dirección de la empresa comunicó que, debido a las pérdidas ocasionadas tras no haber podido recibir visitantes en la temporada anterior como consecuencia de los confinamientos perimetrales de las provincias, no abriría para esta campaña invernal. El anuncio fue todo un golpe para los empresarios del valle que dependen del turismo de la nieve y el sector, junto con los alcaldes y los vecinos, emprendieron una campaña para que el Gobierno de Aragón evitara el cierre de la estación.

"La imagen que ha transmitido no es buena"

Finalmente, la DGA aprobó la concesión de un préstamo a los propietarios de la estación Candanchú de 2 millones de euros, con un año de cadencia para comenzar a devolverlo y la estación inauguró la temporada a principios de diciembre. Sin embargo, ahora, saltándose un acuerdo tácito (que no vinculante) por la que las estaciones del Pirineo cierran siempre después de la Semana Santa, lo que este año suponía esperar hasta el 17 de abril.

«La imagen que ha transmitido Candanchú no es buena. Puedo entender su decisión, porque es una empresa privada y hasta desde el punto de vista de la sostenibilidad, apagar los remontes entre semana puede ser comprensible. Pero había opciones intermedias entre cerrar ya o esperar hasta Semana Santa», dice el alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez.

"En abril el turismo ya no depende tanto del esquí. Son más familias que buscan disfrutar del Pirineo. Y además Astún sigue abierta", dice un hotelero de la zona

Así, después de un año cargado de «buenas noticias», como fue la ayuda del Gobierno de Aragón a Candanchú, la llegada de fondos europeos para financiar la unión entre esta estación y Astún, y la gran afluencia de público durante casi toda la temporada de nieve, «ahora se nos queda un mal sabor de boca», dice Sánchez, que ya ha transmitido «su inquietud» al Ejecutivo autonómico.

En Jaca la sensación es la misma. «Las consecuencias son sobre todo reputacionales. Con el verano tan malo que pasamos (cuando Candanchú anunció que no iba a abrir), la apuesta que se ha hecho y las ayudas que van a llegar a la zona para unir las estaciones esta señal es poco halagüeña», lamenta el alcalde de la ciudad altoaragonesa, Juan Manuel Ramón.

Ha sido el gesto más que las consecuencias lo que molesta. Las formas, sin avisar y a las puertas de Semana Santa. Lo explican también desde el hotel Villa de Canfranc. «En abril el turismo ya no depende tanto del esquí. Son más familias que buscan disfrutar del Pirineo. Y además Astún sigue abierta, por lo que no esperamos que el cierre de Candanchú nos afecte mucho. Aunque sí que lo vamos a notar. La temporada ha sido muy buena, con un mes de enero que no se daba desde hace años. Semana Santa hubiera sido la propina, pero no dependíamos de llenar en abril», explican.