Varios policías nacionales declararon ayer en el juicio al matrimonio de anarquistas chilenos acusado de colocar la bomba casera que explotó en octubre del 2013 en la basílica del Pilar de Zaragoza. Ante los magistrados de la Audiencia Nacional, los técnicos del cuerpo afirmaron que el artefacto que presuntamente detonaron Javier Solar y Mónica Caballero pudo haber matado a muchas personas. Ambos se enfrentan a peticiones de condena que suman 44 años de cárcel.

En la segunda jornada del juicio, los técnicos policiales afirmaron que el artefacto puso en peligro la vida de los asistentes (entre ellos, una vecina que declaró anteayer y resultó herida en el tímpano) porque, en un lugar cerrado, los efectos de la onda expansiva se multiplican y son imprevisibles.

Otros cinco agentes, que participaron en la inspección ocular de la zona de la explosión, relataron que había bastante humo y polvo en suspensión, así como restos de madera y astillas de grandes dimensiones de los bancos hasta a 27 metros de distancia desde el lugar donde fue colocada la bomba. De ella, hallaron un trozo de bombona a 23 metros del altar mayor.

Ayer también declaró la propietaria de la tienda de estética a la que llamaron para avisar de la explosión, con unos 10 minutos de tiempo. Lo tomó a broma.

Por su parte, el dueño de un bar cercano a la basílica recordó que sospechó de una pareja porque entró con una bolsa grande al comercio y, tras meterse al baño con ella, salió sin tomarse la consumición. Algo similar a lo que narró el conductor del autobús de línea desde Barcelona, al que llamó la atención que una pareja viajara con una gran bolsa en la parte de arriba porque tenía "cosas delicadas".

Entre otros testigos compareció el exconcejal de IU José Manuel Alonso, que pasaba por la plaza cuando ocurrió la explosión y vio salir corriendo a dos jóvenes.

El resto de policías vincularon a la pareja, por el análisis de sus ordenadores, a los Grupos Anarquistas Coordinados (GAC), que en su alianza internacional está considerada como grupo terrorista. E indicaron que al día siguiente de la explosión llamaron a Enrique Balaguer, líder intelectual del anarquismo.