El Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas ha emitido un informe técnico para la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, en la que considera que el proyecto de construcción del embalse de Biscarrués debería desestimarse "por presentar impactos ambientales críticos, no estar adecuadamente justificado, careder de una verdadera evaluación de alternativas y no demostrarse razonadamente que salvaguarde los intereses generales desde una perspectiva global e integrada". Estas conclusiones tendrían que ver con el retraso que acumula la declaración de impacto, anunciada en octubre pasado y que aún no se ha hecho pública.

Además, el documento también alerta de un posible riesgo para los municipios de Zuera y Zaragoza. "Existen riesgos de deslizamientos en las laderas, que podrían ser importantes, más aún al preverse una presa de materiales sueltos. El núcleo urbano de Ardisa se vería afectado gravemente, el puente de la carretera que da acceso a Ardisa se vería desbordado y la presa de Ardisa, ampliamente superada por el caudal consecuencia de la rotura, desde Ardisa, sigue con dirección norte-sur, pasa junto a Zuera, y desemboca en el Ebro en Zaragoza, entre la Z-30 y la Z-40. El riesgo inducido sobre estas localidades, y sobre Zaragoza en especial, es un factor que debe tener cierto peso en la toma de decisiones".

DAÑOS AL TURISMO Además de que alerta de la desaparición de un tramo fluvial del Gállego, también considera que su construcción supondría "una pérdida de calidad paisajística" que perjudicaría al abundante turismo de la zona y también a los cultivos.

En el aspecto dedicado a los perjuicios en la fauna y la flora, destaca una "cierta afección" sobre la nutria, que "quizá" afectaría también a especies singulares como el cangrejo de río autóctono, la margaritona, galápagos o aves como el mirlo acuático. "La presencia de tres embalses casi seguidos, Ardisa,Biscarrués y La Peña, supondrá una barrera casi infranqueable para los desplazamientos este-oeste de la fauna". También "desaparecería" la vegetación de ribera.

"La transformación de un terreno a regadío tiene evidente interés particular para la propiedad de los terrenos, pero es preciso justificar adecuadamente que, además del evidente interés para los particulares, existe un interés general que, además, es superior a los valores ambientales afectados por el embalse, a la conservación de un espacio de la Red Natura 2000, y a los intereses de la población de la Hoya de Huesca, perjudicados por el proyecto", asegura el informe.