-Los fondos europeos van a ser determinantes para la recuperación ¿Cuáles son las prioridades del departamento de Economía?

--La prioridad del departamento es que lleguen definitivamente.

--Pero se supone que van a llegar.

--Claro que sí, pero no a la velocidad a la que nos habíamos imaginado o a la que se nos había trasladado. A estas alturas del 2021, los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación de la Economía (PERTE) no están diseñados ni publicados. Muchas empresas han diseñado y planificado inversiones a medio plazo y querían abordar esos proyectos que se iban a acelerar con la llegada de los fondos Next Generation. Pero las empresas aún siguen esperando a saber cómo presentar esos proyectos y la letra pequeña de las convocatorias. La inversión de las empresas sufre una parálisis por el retraso de los fondos. Por eso pedimos una mayor agilidad en la tramitación y tener claras las reglas del juego sobre cuánto, como, de qué manera y qué tipo de proyectos concretos.

--El PERTE del vehículo eléctrico es uno de los más esperados. ¿También va lento?

--No está desarrollado todavía. Estamos todos esperando. 

--¿Todavía no se sabe en qué consistirá el proyecto estatal?

--Hemos hablado con el Gobierno, con Stellantis y con todos los sectores para tratar de adaptar proyectos aprovechando los fondos Next Generation, pero todavía desconocemos las bases. En Aragón siempre hemos dicho que tiene que haber concurrencia competitiva porque no pueden ubicarse los proyectos a las bravas. Aragón tiene todos los activos y atractivos para ubicar una planta de este tipo. Dolería que no se tuviera en cuenta a Aragón cuando llevamos mucho tiempo atrás trabajando en la posibilidad de albergar una fábrica de baterías eléctricas, viajando a China y manteniendo contactos con el Ministerio de Industria. Desde Aragón estamos luchando con todas nuestras fuerzas por ser la ubicación elegida. 

--¿Habría posibilidades de que Stellantis apostara por ubicar una de sus fábricas aquí? 

--Aragón tiene todos los requisitos para albergarla. Pero cualquier productor podría apostar por ubicarla aquí. Pero por ahora Stellantis no ha trasladado que hubiera interés por España.

--Las estaciones de esquí también son susceptibles de recibir fondos europeos. Como presidenta de Aramón ¿como ve el proyecto de unión de estaciones?

--Siempre se ha hablado de proyectos de colaboración público-privados desde que se conoció la convocatoria de los Next Generation. Aramon promovió seis proyectos y la unión de estaciones estaba trabajada como una de las iniciativas que podrían recibir esas ayudas. Ese proyecto tiene visos de ser una realidad, pero lo que ha cambiado es que son las entidades locales las que promueven los proyectos. Por eso pusimos a disposición de esas entidades y del departamento de Turismo los proyectos elaborados por Aramon porque somos partidarios de la unión de estaciones. Defiendo la unión de estaciones desde un punto de vista sostenible, aunque siempre he sido partidaria de que no fuera la DGA la que sufragará sola esta unión.

--Estos fondos podrían hacer posible esa realidad. 

--Sí. Es el momento y es la oportunidad. La convocatoria del departamento de Turismo aborda inversiones de hasta 84 millones de euros, que incluyen varios proyectos repartidos por toda la comunidad, entre ellos la unión de estaciones en sus dos fases. La entidad local sea promotora será la Mancomunidad de los Valles por decisión de la Diputación de Huesca. El futuro socioeconómico de esas comarcas pasa por ampliar el dominio esquiable bajo el prisma de la sostenibilidad. Esto nos pondría a la cabeza a nivel europeo, al nivel que los Alpes. Es hora de trabajar porque tenemos en nuestras manos la conexión física y contar con un único dominio esquiable para que la gente venga a esquiar a Aragón. Con los Next Generation eso es asumible y sostenible.

--¿Piensan lo mismo el resto de socios del Gobierno cuatripartito?

--El trabajo se hizo desde Aramón y la convocatoria se llevó a cabo con el conocimiento de que este proyecto podría salir adelante. No sé qué esperan algunos que sea la unión de estaciones. Estamos hablando en algunos casos de una mínima unión por cable, aunque eso suponga una inversión importante. Pero es mucho más sostenible de lo que algunos pensaban inicialmente. Confiemos en que esos proyectos salgan adelante. Cada uno piensa de una manera distinta pero esas discrepancias ya estaban al principio de la legislatura. Lo que no había era capacidad presupuestaria por parte del Gobierno de Aragón. Este escenario de los Next Generation abre posibilidades porque cumple con los parámetros de buscar financiación de proyectos motores, porque generará riqueza y desarrollo en el territorio. Levantar en cada comarca un centro de emprendimiento me parece redundante y no es un motor. Esto sí.

--¿Cómo ha cerrado Aramón el ejercicio y qué expectativas tiene para esta campaña? 

--Con pérdidas relevantes terminó el año pasado, pero, pese a ello, se ha garantizado un calendario de inversiones de cara al inicio de la temporada. Estamos en puertas de una campaña ilusionante por las ganas que tienen los esquiadores. El nivel de ventas de los abonos ya está al nivel del 2019, que se iban a batir todos los récords si no hubiera llegado la pandemia. Esta temporada tiene que compensar la pasada. Estamos ilusionados y ya estamos mirando al cielo. El objetivo es intentar abrir a finales de noviembre.

--Huesca es una ciudad que no tiene proyectos industriales relevantes. ¿Se espera algún revulsivo para la capital altoaragonesa?

--Proyectos y propuestas hay para las tres provincias. Huesca tiene potencial industrial en municipios como Sabiñánigo o Monzón. Ahora hay un proyecto estratégico de la terminal ferroviaria de Monzón que es vital para el desarrollo de la agroindustria aragonesa. Esa iniciativa puede atraer nuevas empresas, al margen de que los puertos de Barcelona y Valencia hayan entrado en el capital de la sociedad, lo que le aporta garantías de futuro. Muchos proyectos piden la inclusión del ferrocarril porque ayuda a optimizar costes y tiempos, además de ser medioambientalmente más sostenible. En la provincia de Huesca sí se está moviendo algún proyecto.

--¿Hay tantos proyectos llamando a las puertas de Aragón?

--Sí. Ahora estamos en un periodo de incertidumbre y en un momento de freno o retraso de las inversiones por el coste energético o la falta de suministros. Pero eso se compensa con unas muy buenas expectativas. Más allá de los Next Generation, que serán muy buenos, hay proyectos llamando a la puerta de Aragón (algunos firmados ya) porque la comunidad se ha posicionado bien en materia logística y en digitalización, por ejemplo. Hay iniciativas en las que se está trabajando desde 2018 pero la confidencialidad es sagrada para la DGA. También hay pymes que quieren ponerse en marcha o ampliar. Ofrecemos incentivos regionales, apoyo y agilidad administrativa. Pese a las incertidumbres hay buenas oportunidades en Aragón. Soy realista pero optimista.

Gastón en su despacho del edificio Pignatelli JAIME GALINDO

--La situación económica se ha complicado por la falta de suministros y por el incremento de los precios de las materias primas y la luz. ¿Revisará Aragón la previsión de crecimiento?

--Desde el Gobierno de Aragón no somos partidarios de revisar las previsiones económicas, sobre todo después de lo que hemos visto con el covid. Las variables que impactan en la economía aragonesa son exógenas y, aunque no somos inmunes a ellas, creemos que es mejor volcar el trabajo en las convocatorias para fondos europeos, entre otras. 

--Pero las previsiones del Ejecutivo marcan los presupuestos de Aragón….

--El INE ha hecho una drástica reducción de las previsiones económicas. En el servicio de estudios y la dirección general de Economía esperan que haya cambios en esas previsiones. Es muy extraña la caída de la productividad que contempla el INE que no termina de entenderse. Las cuestionamos o esperamos alguna revisión de esa previsión. Por ello, mantenemos las previsiones, aunque no sabemos hasta cuándo durará la incertidumbre económica.

--¿Cuál es la situación real de la industria aragonesa?

En abril ya tuvimos los primeros problemas con la llegada de suministros a la planta de Stellantis, lo que provocó la reducción de la generación de empleo en el sector. Pero esto se ha trasladado al empleo de la industria auxiliar. Eso ha continuado y el empleo ha ido creciendo en todos los sectores menos en la industria, como refleja la última Encuesta de Población Activa. Lo mismo ha ocurrido con las exportaciones, que han seguido creciendo, pero en el sector del automóvil se han desplomado un 60% en agosto. El resto de sectores crecen una media del 14%. Todo eso generará un freno al crecimiento, pero el impacto fundamental viene por la crisis de los microchips. Por eso es bueno tener cierta soberanía industrial y tender hacia las relocalicaciones.

--Pero los precios están poniendo a las empresas contra las cuerdas. 

--Sí, pero no es igual desabastecimiento que encarecimiento. El sector industrial no dejará de producir por el incremento de precios de la energía, ya que, en definitiva, los repercutirá al consumidor final, lo que provocará más inflación. Con este escenario no contábamos y preveíamos una inflación más estable, pero eso no quiere decir que nos vayamos a ningún agujero. Y menos en Aragón. El problema es la incertidumbre de no saber hasta cuándo durará esta situación. No creo que este asunto exclusivamente conlleve cierres, aunque afecta a las empresas, claro.

--Otro problema al que se enfrenta el tejido productivo es la falta de empleados en algunos sectores. ¿Qué puede hacer ante esto el Gobierno de Aragón?

--Es necesario profesionalizar más algunos sectores como la hostelería y la construcción y una mayor formación. Cuando llegué a la DGA me sorprendió que hubiera tan pocos perfiles para empleos cotidianos que se pagan muy bien. Hemos puesto en marcha herramientas para solucionar este problema. Esos empleos se van a necesitar para ejecutar los proyectos de los fondos europeos, por ejemplo. Somos conscientes del problema de falta de mano de obra pero quien quiera trabajar podrá trabajar porque vamos a diseñar programas para formar a esos empleados que faltan. La FP también va a contribuir a ello gracias a los ciclos formativos. No obstante, lo que realmente nos preocupa es no poder ofrecer digitalización. Hay que mirar a futuro y no pensar en el corto plazo, sobre todo en economía. 

--¿Considera que esta escasez de mano de obra en algunos sectores responde a los bajos salarios y la temporalidad?

--No se puede generalizar, pero si hay empresas que tienen tantos problemas para lograr empleados es porque no existe una estabilidad laboral. Hay un exceso de temporalidad y salarios muy mejorables. Hay empleos precarios con todas las letras. Este problema salarial es mayor cuando hablamos de jóvenes con un nivel alto de formación. Es algo que hemos comprobado en muchos sectores y que tratamos de corregir con algunas convocatorias de incentivos a la contratación. 

--¿Considera que es necesario reformar o derogar la reforma laboral? ¿Qué necesita Aragón del nuevo marco laboral?

--Lo que necesitamos es actuar ya. Si nos perdemos en debates dialécticos y de concepto, al final nos olvidamos de la fundamental. A mí cómo se denomine me da igual. Más allá de cuestiones ideológicas hay que ver el momento y la realidad que vivimos. La precariedad impera en el mercado laboral español y aragonés. Son contados los meses en los que la contratación indefinida llegue a doble dígito. A ello se suman los salarios. Habría que ser tajantes. La única forma de acabar con esto es cambiar la reforma laboral. Además, la negociación colectiva debe ganar terreno en esta modificación para garantizar el futuro de las generaciones venideras porque permitiría más estabilidad y reducir las desigualdades, también en las familias y en los niños que viven en ellas. Con buenos empleos se generan menos desigualdades.

 --Una de las claves para revertir la situación es la formación ¿Con qué herramientas cuenta la DGA?

--Desde el Gobierno se nos ha ofrecido lentejas. Se han destinado fondos a políticas activas de empleo. El problema es que son finalistas. Las políticas activas de empleo no tienen que ser iguales en todas las comunidades autónomas. Aragón no está teniendo autonomía porque se ha he hecho un reparto en cuantías pero no podemos decidir en qué se gasta ese dinero. Quien mejor conoce la realidad del mercado laboral son las propias comunidades autónomas. Además, cuanto antes salgan esas políticas, mejor. La conferencia sectorial tuvo lugar en julio y todavía no tenemos las bases. Se nos ha dicho para qué y cuanto pero no sabemos nada más y estamos en noviembre. Son, en definitiva 38 millones de euros.