GESTIÓN DE LOS RECURSOS

La Universidad de Zaragoza ahorra al mes un 23% en luz y un 34% en calefacción

Las medidas de contención dan sus frutos en la institución y edificios como el Paraninfo reducen su consumo un 40% // Pese al escenario favorable, el campus público afronta un sobrecoste energético que roza los casi tres millones de euros

El edificio Paraninfo de la Universidad de Zaragoza es uno de los que más ahorro en luz ha conseguido.

El edificio Paraninfo de la Universidad de Zaragoza es uno de los que más ahorro en luz ha conseguido. / EL PERIÓDICO

Ana Lahoz

Ana Lahoz

La Universidad de Zaragoza ha logrado atenuar la luz roja del gasto energético que se encendió en marzo de 2022 y que obligó a la institución a ser una de las primeras en aplicar medidas de ahorro. A falta de revisar los últimos resultados y de elaborar un informe completo, el campus público, según ha podido saber este diario, logró ahorrar en noviembre un 23% en la factura de la luz y un 34% en la de la calefacción (gas) con respecto al mismo periodo de 2021.

Los datos, que hacen referencia a los edificios universitarios de las tres provincias, confirman la buena senda registrada ya en los meses previos. De hecho, la Universidad de Zaragoza ha ido generando ahorros «importantes» de forma constante desde abril, que se mantuvieron incluso en verano. «En julio ahorramos un 37% en los sistemas de calefacción, mientras que en agosto, pese a estar cerrados, bajamos un 13% y fuimos de las pocas universidades que mantuvimos las medidas de contención», detalla a este diario Ángel Pueyo, Vicerrector de Planificación, Sostenibilidad e Infraestructura.

Asimismo, en septiembre se redujo un 43%, un 52% en octubre y un 34% en noviembre. «La variación acumulada en el ahorro del gas es de más del 20% en general cuando a principios de 2022, sin las medidas todavía aplicadas, estábamos gastando por encima del año anterior», añade Pueyo.

"Estamos contentos, pero claro que nos habría gustado ahorrar más", señala Ángel Pueyo, vicerrector de Planificación, Sostenibilidad e Infraestructura.

En cuanto al consumo de luz, en septiembre, cuando empezó el curso académico en la universidad, el gasto fue un 17% menor al mismo mes del año anterior. En este apartado destaca el «importante ahorro» energético que se ha logrado en edificios como el Paraninfo o la Facultad de Economía y Empresa, con reducciones de más del 40% en el consumo de luz.

"El verano nos hizo tener un equilibrio inestable en ese ahorro continuado porque hizo mucho calor, fue extremo", indica Pueyo.

A pesar de este escenario favorable, la situación no supone ningún ahorro económico para la Universidad de Zaragoza. Al contrario. La institución viene asumiendo un sobrecoste energético desde septiembre que, a falta de pulir los datos de cierre de año, asciende a casi 3 millones de euros sobre lo previsto en los presupuestos de 2022 (la cifra era de unos 5 millones). «Al final alcanzaremos un gasto global que no superará los 8 millones, por lo que el sobrecoste será menos de lo previsto en un principio», dice Pueyo.

Verano muy caluroso

«Estamos contentos, pero claro que nos habría gustado ahorrar más. El verano nos hizo tener un equilibrio inestable porque hizo mucho calor, fue extremo, y eso nos impidió aplicar las medidas de contención al 100%», explica. Es decir, que los sistemas de aire acondicionado se tuvieron que activar más veces de lo esperado. En este sentido, el vicerrector reconoce el «sacrificio» de alumnos, profesores y personal porque «hubo condiciones climáticas que no fueron agradables» para estar en el aula. «Sin el esfuerzo de la comunidad universitaria estos resultados no serían posibles», señala.

«La figura del interlocutor está funcionando muy bien en los centros»

La figura del interlocutor energético en cada centro universitario está «funcionando muy bien», según asegura el vicerrector Ángel Pueyo. «Nos están ayudando mucho porque nos reporta deficiencias que observa y, en colaboración con la Unidad de Seguridad, se van atajando las situaciones», dice. Este interlocutor también ofrece datos de la evolución de los consumos de los centros de forma trimestral. «Se está haciendo una buena supervisión de los espacios para ver si alguno se queda iluminado. Hay una relación constante también con los servicios de conserjería», señala. 

Por otro lado, el ahorro conseguido ha sido menor en instalaciones como los institutos de investigación, la Facultad de Química o las clínicas de Veterinaria. «Son edificios más críticos porque debido a sus características y a su función hacen que las medidas restrictivas tengan un impacto menos fuerte», explica Pueyo. «Un edificio que acoge actividad investigadora necesita de unos umbrales técnicos más delimitados y nos tenemos que mover en una elasticidad con la que se mantenga un servicio de calidad», argumenta el vicerrector.

El precio del coste energético ha hecho que la Universidad de Zaragoza haya aprobado para este 2023 un presupuesto mayor, donde la partida para luz y gas crece, nada menos, que casi un 95%. Así, ha pasado de los 6,5 millones de 2022 a los 12,6 millones en 2023. «Esperamos seguir la senda del ahorro. Se está haciendo una sectorización por edificios, sobre todo en los más críticos, con el fin de saber el consumo que tienen y tratar de optimizar todo lo posible», finaliza Pueyo.

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