Yolanda augura en Zaragoza la remontada de la izquierda

La líder de Sumar propone una reforma fiscal profunda, limitar el precio del alquiler, se opone de forma radical a la posibilidad de subir la edad de jubilación a los 70 años y apuesta por las renovables con una "democracia en la energía que acabe con los oligopolios".

"Seguiré hablando en gallego en este país de países que es España", dice la ministra de Trabajo en un abarrotado Auditorio de Zaragoza con cerca de 1.200 personas y representantes de la izquierda aragonesa

Díaz, en un momento del mitin en el Autditorio de Zaragoza.

Díaz, en un momento del mitin en el Autditorio de Zaragoza. / Ángel de Castro

Yolanda Díaz tiene una misión: reunificar las izquierdas divididas y movilizar el voto dormido de los progresistas en apenas 15 días. Es su particular piedra de Sísifo, que debe levantar hasta la cima de La Moncloa para el 23 de julio. Así que este viernes se ha lanzado a por la remontada desde Zaragoza ante el «miedo y terror» que la ministra de Trabajo cree despertar en Alberto Núñez Feijóo y la «extrema derecha ultramontana» de Santiago Abascal.

«Hoy ha hablado por primera vez Feijóo de Sumar. ¿Sabéis por qué lo ha hecho un hombre que cada vez que habla sube el pan? Porque hay remontada. Sabe perfectamente lo que nos estamos jugando y los nervios en ese señor que conozco tan bien afloran porque la clave está en Sumar», aseguró la líder de la plataforma en el mitin de la capital aragonesa, que reunió a unas 1.200 personas en un abarrotado Auditorio de Zaragoza. «Hay remontada. Lo siento hoy aquí y lo sentí ayer en A Coruña», dijo Díaz, asumiendo el discurso del PSOE de que esa remontada ha comenzado a base de explicar los hitos del Gobieron de coalición de los últimos cuatros, desde la reforma laboral a la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la Ley de Vivienda, los ertes o el escudo de protección social frente a la pandemia. 

Lo que dijo Feijóo exactamente sobre Sumar es lo que sigue: «Sumar es el producto de restar y se ha hecho a imagen y semejanza del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez». El líder popular terminó calificando a la plataforma de «muleta» al proyecto de izquierdas para que los votos reviertan en el PSOE, ya que «ahora lo que pretende es el voto útil de las gentes que votaban a Podemos o a la izquierda para volver a la casilla del PSOE.

Muleta o no, lo cierto es que Yolanda Díaz ha defendido la gestión del Ejecutivo de coalición aunque confrontando directamente con los socialistas en materia de pensiones. «Me preocupan mucho esas voces del PSOE que dicen que no hay más opción que elevar a 70 años la edad de jubilación», en referencia a las palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que pide un «debate sereno» sobre el asunto.

Son cuestiones que sí marcan una diferencia entre los socialistas y su izquierda, aunque la piedra que debe empujar Yolanda Díaz pasa precisamente por coser las heridas de la izquierda. Es lo que intentó en su mitin, que se retrasó cerca de una hora por las incidencias en la línea de alta velocidad a causa de la tormenta torrencial del pasado jueves, que dejó a unas 1.200 personas y dirigentes de CHA, Podemos, Izquierda Unida y los sindicatos esperando al son de una recopilación de éxitos de Labordeta. No fue un mal calentamiento, porque en la figura del primer congresista de la Chunta convergen las reclamaciones de la izquierda. Prometió una reforma fiscal profunda, la limitación del precio del alquiler, acabar con «el oligopolio de las eléctricas», la creación de un sistema público de farmacia, lo que se unió a las reclamaciones en defensa de Canal Roya, el aragonés, la ordenación de las renovables o la mejora de los salarios y la jornada laboral.

"Santiago Abascal dará hoy un mitin en la plaza del Justicia junto a Julio Calvo y el candidato Pedro Fernández"

Todo eso lo defendió Yolanda Díaz para el «país de países que es España, tan diverso como plural», en el que quiere que su hija y los hijos de todos hablen «aragonés, gallego, euskera, catálan o lo que nos dé la gana». Toda una declaración de intenciones, pues de ese ímpetu aragonesista se quiere servir Díaz para sacar el escaño de Zaragoza, y, quizás, si los astros se alinean, el de Huesca.

En juego están nada menos que todos los votos que se fueron a la basura el pasado 28 de mayo por la fragmentación de la izquierda. Para muestra, un botón, el del Ayuntamiento de Zaragoza, donde Zaragoza en Común, Podemos y CHA lograron 50.046 votos, 9.000 más que los logrados por Vox, que recibió 41.061. Con tales resultados, las izquierdas sacaron dos concejales y la ultraderecha, cuatro. Lo mismo ocurrió en Huesca pero con aún más siniestros resultados para la izquierda, pues perdieron toda su representación en el ayuntamiento pese a sumar casi el 18% de los votos.

La batalla en los extremos del tablero

Es precisamente en esa batalla entre los dos extremos del tablero político en los que se juega el pescado en estas elecciones.La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) desglosaba que Sumar (con Jorge Pueyo) y Vox (Pedro Fernández) se disputarán el escaño por Zaragoza, si bien sitúa al candidato de CHA unos 5.000 votos por delante. En cualquier caso, Vox agrupará hoy a su potencial electorado en un mitin en la plaza del Justicia de Zaragoza al que asiste Santiago Abascal, que estará arropado por el propio Fernández y por Julio Calvo.

Para Abascal también tuvo palabras Jorge Pueyo ayer, en el mitin en el que también intervinieron la eurodiputada Sira_Rego, muy activa en la defensa de Canal Roya, y la número dos por Zaragoza, Laura Vergara. «Vamos a frenar la ola de ultraderecha que quiere llegar al Congreso», aseveró Pueyo, para propugnar que «no podemos dejar que el Estado siga expoliando nuestra tierra y que continúe el colonialismo energético». No permititremos el trasvase, ni la unión de estaciones por Canal Roya, ni macroparques solares o éolicos ni más pantanos que ahoguen nuestros sueños y nuestros pueblos», concluyó Pueyo.

Y es en que esa lucha electoral entre Sumar y Vox por ver quién moviliza mejor a los electores de la derecha y la izquierda descontentos con el bipartidismo está la clave de las elecciones. El PP y guen la ultraderecha continúan negociando los gobiernos autonómicos de Aragón y Murcia tras cerrar acuerdos en Extremadura, Baleares y la Comunidad Valenciana, lo que esperan dejar en el tintero para que les reste el menor rédito electoral posible.

El PP se aleja mañana de tierras aragonesas para visitar el destinno por excelencia de las vacaciones zaragozanas. El candidato al Congreso, Pedro Navarro, visita Salou, al más puro Verano Azul con el que se lanzaron a la campaña electoral más estival. De Tarragona se trasladarán por la tarde a Caspe, donde recuperaron la alcaldía después de ocho años y donde aprovecharán para fidelizar el voto con un mitin.

La cabeza de lista por el PSOE, Pilar Alegría, estará por la mañana en el Teatro Caesaraugusta a eso de las 11 de la mañana en un encuentro con mujeres.