Prevención y extinción de incendios

La reforestación en el valle del Manubles no se plantea "hasta el año que viene"

Los vecinos afectados por el incendio de Ateca señalan que se deben acelerar los trabajos de tala y reparación

«Estamos en el marco lógico de planificación y actuación», contestan desde Medio Natural

El repique de campanas por el primer aniversario del incendio de Ateca resonó este martes en Moros.

El repique de campanas por el primer aniversario del incendio de Ateca resonó este martes en Moros. / NACHO CALLEJA

Los montes del valle del Manubles todavía yacen ennegrecidos y repletos de miles de árboles que esperan el paso de las brigadas forestales del Gobierno de Aragón, si bien el Ejecutivo autonómico no contempla estos trabajos de repoblación «hasta el año que viene». Así lo aseguró ayer por la mañana el director general de Medio Natural y Gestión Forestal, Jorge Crespo, en una llamada a la calma a los vecinos de las 11 localidades afectadas por el incendio de Ateca que el verano pasado por estas mismas fechas calcinó 14.000 hectáreas. «Estamos dentro del marco lógico de planificación y de actuación en la restauración», zanjó Crespo.

La respuesta del director general de Medio Natural y Gestión Forestal llega un día después de que los vecinos del valle denunciaran ante EL PERIÓDICO DE ARAGÓN que, un año después, «no han empezado ni a cortar» y «podían haber hecho bastante más». «Entiendo que se percibe una prisa por actuar, pero la naturaleza también lleva sus tiempos y sus fases y es importante ver que algunas actuaciones requieren de urgencia para evitar la erosión del suelo, pero hay otras muchas que requieren ver el grado de afección y cómo responde la naturaleza para no precipitarse en las actuaciones», justificó Crespo, enumerando algunos de las actuaciones que se han llevado a cabo en la zona como, por ejemplo, los trabajos de alcolchado en el suelo, las barreras para evitar la erosión y «alguna intervención más urgente» en caminos e infraestructuras que se han visto más afectados con las «primeras lluvias».

Lo cierto es que estos trabajos son insuficientes a juicio de los lugareños del Manubles, que ya se declaran víctimas de la erosión de las laderas y el «arrastre de la capa fértil». De hecho, en algunas zonas como en el monte de La Asunción de Ateca apenas han entrado las brigadas del Gobierno de Aragón y solo lo han hecho en la parte alta donde está situada la ermita, si bien es cierto que allí, en lo más alto, se han trabajado «especies de colmaredas» aprovechando el ramaje de los árboles quemados aunque no más allá de cuatro o cinco filas.

"También se han impulsado trabajos de retirada de madera quemada para dejar el terreno preparado para que los trabajos de repoblación puedan planificarse"

Jorge Crespo

— Director general de Medio Natural y Gestión Forestal de Aragón

«Por nuestra parte, también se han impulsado trabajos de retirada de madera quemada para dejar el terreno preparado para que los trabajos de repoblación puedan planificarse. Es en lo que hemos centrado nuestros trabajos hasta la fecha», replicó Crespo. Precisamente, este martes se cumplía un año del inicio de las llamas en el término municipal de Ateca y 41 localidades se sumaron a un repique de campanas que resonó, entre otras localidades, en Alhama, Ariza, Ateca, Bubierca, Cetina, Moros, Terrer o Villalengua. Algunas de ellas, como Ateca, Moros y Cetina, «han accedido a subvenciones» del Gobierno de Aragón y todavía quedaría pendiente, concretó Crespo, un paquete de ayudas por valor de 1.600.000 euros canalizados como fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MMR) para «cuestiones de prevención y mejoras de infraestructuras y de restauración hidrológica forestal».

«Del incendio, ahora (por ayer) se cumple un año. Los técnicos tienen que valorar bien los daños y establecer la estrategia de restauración. Habrá muchas zonas en las que la propia naturaleza restaurará por sí sola», añadió Crespo que, en paralelo, clamó por «aplicar las medidas de prevención necesarias para evitar situaciones como la del año pasado». Los incendios de Ateca y del Moncayo situaron el 2022 en la serie histórica como el segundo año con «más afección de superficie» solo superado por los datos de 1994. «Fue un año excepcional de incendios no solo en Aragón, sino también a nivel estatal», apostilló.

La comparecencia del director general de Medio Natural y Gestión Forestal también sirvió para hacer balance de la masa forestal calcinada en Aragón en lo que va de año. Hasta la fecha son 350 hectáreas que ardieron durante los incendios de Olba, Mequinenza y Sos del Rey Católico en lo que Crespo consideró como una «campaña atípica» tras las precipitacion «abundantes y generalizadas» de junio que han revertido «totalmente» la tendencia.