La crónica del Lenovo Tenerife-Casademont Zaragoza: despedida sin alegría (92-69)

El Casademont Zaragoza despidió la temporada con una derrota en Tenerife (92-69) ante un rival que se jugaba mucho más, certificar como hizo la cuarta plaza, que tiene muchos más argumentos, más plantilla, más de todo. El Casademont comenzó bien, quiso hacer algo más pero no pudo y se fue desinflando poco a poco ante el potencial del equipo de Txus Vidorreta, encarnado en Huertas y Shermadini pero bien secundado por un amplio y variado banquillo. Un epílogo en la línea del final de temporada de un equipo que ha salvado el año sin apuros pero no ha tenido la capacidad ni la decisión de dar un paso más.

La ausencia de Jovic condicionaba mucho al Casademont y bien que lo echó de menos en muchas fases del partido, aunque lo resolvió bien de inicio. Con Wright como base pero Sant-Roos a los mandos y Aday Mara como titular, el Casademont Zaragoza no pudo empezar mejor el partido. El ritmo del cubano y tres triples seguidos de Mekowulu dieron el mando del partido al Casademont Zaragoza, encontrando espacios y puntos en ataque al sacar al nigeriano por fuera y con una intensidad defensiva que dificultaba la anotación local. Huertas y Shermadini, la eterna pareja, intentaban sostener al Tenerife, pero la efectividad del Casademont era demasiado. 

Solo dos pérdidas y siete asistencias en el primer cuarto posibilitaron una diferencia de ocho puntos (17-25) si bien la máxima había sido de diez (13-23). Una ventaja que se esfumó rápido en el segundo parcial. Poco más de tres minutos tardó el Lenovo empatar el partido (28-28 a 6.53) para darle la vuelta también en ritmo y control. Huertas manejaba por fuera, Shermadini era imparable bajo los aros y los demás iban apareciendo poco a poco, ahora Doornekamp, luego Fitipaldo, y un Jaime Fernández imprescindible para terminar de revolucionar a su equipo con un par de robos consecutivos que noquearon al Casademont Zaragoza. 

Sin puntos

El equipo aragonés había probado una zona que el Tenerife rompió con dos triples seguidos y los dos robos de Jaime Fernández llevaron la distancia hasta los nueve (44-35). Poco pudo arreglar el equipo aragonés antes del descanso (44-37). El acierto de tres del Lenovo Tenerife, ahora con Abromaitis de protagonista, consolidó pronto la ventaja tinerfeña al inicio de la segunda parte, lanzándola por encima de los diez puntos (50-39) con un Casademont liderado por Sant-Roos pero incapaz de encontrar los puntos necesarios como para recortar de nuevo la distancia. 

Aunque los locales fueron sufriendo diferentes golpes, Cook, Doornekamp, Fitipaldo, tenían ya la manija del partido y el ritmo anotador suficiente como para someter a un Casademont sin acierto de tres (solo anotó uno Jessup) e incapaz de taponar todas las vías anotadoras locales pese a los tapones de Hlinason y Yusta. Una pérdida más en la que parecía la última posesión del cuarto no solo impidió que el Casademont rebajara la barrera psicológica de los diez puntos, sino que posibilitó un triple final de Sastre que casi acababa con las esperanzas aragonesas (64-52).

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El Tenerife ya estaba más que cómodo, Shermadini desatado, y el Casademont fue perdiendo capacidad anotadora a pasos agigantados. El equipo aragonés se quedó sin puntos, sin tiradores ni pívots fiables, y su juego colectivo no era suficiente para producir. Así que la desventaja llegó hasta los 20 puntos (80-60, min. 5) e incluso más allá en un final alocado en el que ya no había defensas ni ganas de seguir peleando por un imposible. Bolmaro, inédito hasta ese momento, remató la faena con 12 puntos en siete minutos y el Casademont se marchó sin una última alegría.