La crónica del Covirán Granada-Casademont Zaragoza: Fisac, tenemos un problema (78-70)

Dura pero más que merecida derrota del Casademont Zaragoza en Granada (78-70). El equipo local fue mejor y el aragonés, bastante peor en muchas fases del partido. Solo Okafor en la primera parte y un poco Emegano en la segunda sostuvieron ofensivamente a un grupo de jugadores que, ahora mismo, está lejos de ser un equipo. El juego colectivo apenas existe, el ataque no se elabora, la defensa hace aguas, el rebote casi siempre es para el rival. La plantilla se ha llevado muchos golpes antes de empezar, la suerte no ha acompañado, pero seis jornadas después se ven pocos avances. Fisac, tenemos un problema.

Con este resultado, ya no quedan equipos sin victorias en la ACB y el Casademont pasa a ser colista, aunque hay cuatro equipos empatados con un único triunfo. Es muy pronto y el club aragonés cuenta con una buena plantilla, con buenos jugadores. Pero eso no es suficiente, solo la base para construir algo porque el baloncesto es un juego de equipo, no la suma de individualidades, que es lo que es ahora mismo el Casademont Zaragoza. 

Porfirio Fisac volvió a lo que ha es habitual en la Liga Endesa, dejó fuera a Kravic y, esta vez, también a Javi García. El Casademont mostró desde el principio sus debilidades habituales, especialmente en defensa y a la hora de cerrar el rebote, lo que permitió a los locales igualar el 5-11 que fue la máxima ventaja aragonesa en la primera parte en apenas dos minutos y, a partir de ahí, dominar el marcador con el acierto de Cheatham y Thomasson, fundamentalmente.

Okafor, estelar

El Casademont cambió con la salida de Okafor. El exNBA estuvo soberbio, imparable por Felicio cada vez que encaraba el aro, seguro de sí mismo, casi infalible de dos, atrevido incluso de tres. El equipo supo ver ese momento y jugar con su referencia interior, que en menos de cinco minutos ya llevaba 10 puntos y fue autor de 15 de los primeros 26 puntos del Casademont. Su presencia fue estelar, tanto para el equipo como para el espectador, pero delataba también otro de los problemas del conjunto aragonés, su dificultad para anotar.

Porque desde el 26-26 el juego ofensivo del Casademont fue precipitado, muy precipitado. Tiros muy rápidos, sin haber movido el balón, sin haber obtenido una ventaja, sin estar preparados para el rebote. Y así lo único que aumenta son las pérdidas, otro de los lastres del conjunto de Fisac. Sin más referencias ofensivas que Okafor, el Covirán aprovechó el buen momento de Thomasson para marcharse al descanso con la máxima ventaja a su favor (40-32). La valoración en ese momento era de 51-29 para los locales. Para colmo de males, Emegano se había retirado con molestias.

El uno a uno del Covirán Granada-Casademont Zaragoza

No mejoró la cosa en la segunda parte. El Covirán hizo una defensa dos contra uno a Okafor y, sin su estrella (solo hizo dos puntos en la segunda parte), el Casademont se quedó sin nada. Y eso que Fisac, ahora sí, había puesto a su quinteto titular de inicio. Pero su defensa en zona no funcionó y el Covirán siguió a lo suyo apoyado en los puntos de Thomasson y Cheatham hasta hacer brincar la diferencia de los diez puntos (51-37, máxima). Las faltas de Bell-Haynes y Cinciarini hicieron a Fisac poner a Langarita de base, aunque no sea su posición natural. Pero había dicho en la previa que, para él, es un uno. 

Eso no arregló los problemas del equipo, con un ataque muy precario, sin acierto exterior, sin una referencia por dentro. El problema era que a esas alturas la dinámica era tan negativa que el remedio era complicado y acabó siendo inexistente. Con Bell-Haynes y Emegano casi en solitario intentó darle la vuelta el Casademont Zaragoza, sin más criterio ni mayor acierto que hasta ese momento. El equipo aragonés quiso correr porque en posicional su ataque era un dolor. Intentó después presionar en toda la pista para intentar recuperar balones. Pero nada le salió bien porque todo y todos parecen lejos de su mejor versión.

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