SUCESOS EN ARAGÓN

Homicidios desenmascara la tortura de los parricidas del Picarral: "Parecía que la habían centrifugado"

El jefe de la unidad afirma que las lesiones solo se las pudieron infligir los acusados

 Servicios sociales había "desaconsejado" devolver la custodia de los niños a la madre

Los parricidas del Picarral siguen sin admitir la tortura y la muerte de Laia

Vanesa Muñoz Pujol y Cristian Lastanao Valenilla, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza, este martes por la mañana.

Vanesa Muñoz Pujol y Cristian Lastanao Valenilla, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza, este martes por la mañana. / JAIME GALINDO

El jefe del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón destapó ayer las vergüenzas que alimentaron al conocido como parricidio del Picarral. Primero acreditó la culpabilidad de Vanesa Muñoz Pujol y Cristian Lastanao Valenilla como autores de las 101 heridas que presentaba el cuerpo de Laia –"la autopsia era brutal y, a raíz de los resultados, se determinó que presentaba unas lesiones traumáticas que no se las podía haber hecho nadie más que sus padres", zanjó– y luego sonrojó a la jueza del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Girona por devolver la custodia de la niña y sus hermanos a la acusada. "Los servicios sociales de Cataluña nos pusieron de manifiesto que no estaban de acuerdo en que los niños volvieran con ella. Era una situación de maltrato y desamparo cuando los niños estaban con Vanesa", expuso este agente.

El jefe de esta unidad de Policía Judicial no escatimó en aportar detalles sobre el desarrollo de la investigación tras el asesinato. Habló de los informes que solicitaron a la gerencia del Servicio Aragonés de Salud y al área de protección a la Infancia: del primero de ellos destacó que el historial clínico de Laia contabilizaba "muy pocas atenciones sanitarias" (2) y, con el segundo, constató que los servicios sociales habían "desaconsejado" la convivencia de Laia y sus hermanos con Vanesa. "Se referían a los dos padres y ya hablaban de azotes y de darles guindillas", añadió.

El citado agente también intervino como perito al pormenorizar el contenido jocoso de los mensajes de texto y de las fotografías que los acusados intercambiaban a través de WhatsApp sobre los castigos contra la menor. Especialmente recordó una foto que Cristian le envió a Vanesa en noviembre de 2020 y en la cual aparecía la niña colgada de un clavo a una altura sobre el suelo de 2,04 metros. "La cara de pánico de la niña es terrible. Como Grupo de Homicidios es una de las caras más terribles que hemos podido ver", refirió a los nueve miembros del jurado popular. Ambos continuaron enviándose mensajes del tipo "ja, ja, ja" para cambiar radicalmente de tema de conversación y comenzar a hablar de "comprar patatas".

El jefe de Homicidios también hizo hincapié en las conversaciones que los acusados mantuvieron el mismo día en el que falleció Laia y que incluso recogía una foto enviada a la exabogada de Vanesa a las 21.00 horas. "Si me permiten la expresión con el respeto de la familia, el cuerpo parecía que lo habían centrifugado. Dudamos de que tuviera vida ahí, las fotos son tremendas y cualquiera que tuviera a su hija así la llevaría al hospital. La niña comenzó ese día con una ducha de agua fría y pimienta. El motivo era no obedecer. En fin...", apuntó.

"Le encontré golpes por todas las partes, los ojos súper brillantes y lo que me mosqueó a mí es cómo esa criatura estaba mojada. Los ojos ya estaban apagados. ¡Esa niña estaba muerta!"

Vecino

Los primeros en encontrarse el cuerpo sin vida de Laia fueron dos vecinos a quienes pidieron auxilio los progenitores. Mientras que uno de ellos fue el encargado de llamar "directamente" a la Policía –"entré al salón y vi a la cría tumbada en una manta con la frente amoratada y la cara blanquica, interpreté que esa niña ya estaba muerta", dijo–, el segundo intentó practicarle una reanimación cardiopulmonar sin éxito. "Le encontré golpes por todas las partes, los ojos súper brillantes y lo que me mosqueó a mí es cómo esa criatura estaba mojada. Los ojos ya estaban apagados. ¡Esa niña estaba muerta!", relató con la voz entrecortada.

Hasta allí fue comisionada una patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana, cuyos agentes comparecieron ayer ante el tribunal del jurado para dar cuenta de su intervención. "Aparentemente, la niña no tenía signos vitales y la médico nos dijo que ya lleva tiempo muerta", declaró uno. "Nosotros no somos médicos, pero la niña estaba fría ya", contestó su compañero.

Ni Cristian ni Vanesa fueron detenidos en ese momento y fue ya en dependencias policiales cuando su declaración sorprendió a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía. El efectivo que participó en la citada entrevista recordó ayer las "divagaciones continuas" y "una serie de sucesos que no venían a cuento". "Se excusaban sin necesidad, sus concreciones eran para justificar que no tenía responsabilidad", explicó.

Este policía nacional también participó en el registro de la vivienda, donde encontraron un par de pruebas que revelaban el infierno de ese piso: un bote de guindilla que "ya no era comestible" y un cargador de móvil. "Ni tenía la parte del cable ni estaba en un sitio para enchufarlo: estaba sobre una cocinita de juguete como un objeto más. En muchas lesiones había marcas de puntas con una separación muy concreta que coincidía con la separación de las clavijas de ese enchufe", finalizó.

El juez ordena que la prueba pericial sea a puerta cerrada

El magistrado presidente del tribunal del jurado, Alfonso Ballestín, informó ayer de que la prueba pericial que se practicará hoy en el plenario será a puerta cerrada. La decisión del también presidente de la Audiencia Provincial de Zaragoza responde a la protección de la intimidad de la víctima y de sus familiares ante los detalles que desgranarán las profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) en relación a los resultados de la autopsia. Ballestín solo permitirá la audiencia pública para la prueba toxicológica.

La decisión del magistrado cogió ayer por sorpresa a los asistentes a la vista y muchos de ellos comenzaron a rumorear en los pasillos sobre su decisión. El juicio continuará este viernes con la lectura de los informes y el objeto de veredicto se entregará el próximo lunes a los miembros del jurado para decidir sobre la inocencia o culpabilidad de los acusados.