SUCESOS EN ARAGÓN

El jurado declara culpables de asesinato a los parricidas del Picarral, que afrontan la permanente revisable

Quisieron matarle, no hicieron nada por salvar su vida y actuaron con alevosía y ensañamiento

Vanesa y Cristian podrían pasar el resto de sus vidas entre rejas si se les impone le prisión permanente revisable

El padre de la niña asesinada en el Picarral: "Quiero que estos dos asesinos acaben toda su vida en la cárcel"

Vanesa Muñoz Pujol y Cristian Lastanao Valenilla, tras conocer el resultado del veredicto.

Vanesa Muñoz Pujol y Cristian Lastanao Valenilla, tras conocer el resultado del veredicto. / ANDREEA VORNICU

Sin piedad y sin ningún tipo de pudor. Vanesa Muñoz Pujol y Cristian Lastanao Valenilla quisieron matar a su hija Laia y no hicieron nada en sus últimas 48 horas de vida para ponerle a salvo tras seccionarle ellos mismos el duodeno y provocarle una peritonitis mortal. También se aprovecharon de su condición de superioridad para evitar que se pudiera defender ante sus torturas diarias y se ensañaron con ella para asegurarse de cumplir el objetivo que compartían y para el que cual decidieron actuar mano a mano: asesinarla. Este es el resultado del veredicto de culpabilidad que ayer consideraron probado por unanimidad los nueve miembros del jurado popular, quienes consideraron acreditado que tanto Vanesa como Cristian son autores de un delito de asesinato

Ambos afrontan la prisión permanente revisable a petición de la Fiscalía y las acusaciones en nombre del padre biológico de la víctima y de la Generalitat de Cataluña y, a lo largo de los próximos días, será el magistrado presidente del tribunal del jurado, Alfonso Ballestín, quien determine cuál es la pena privativa de libertad a imponer. Las defensas solicitaron al presidente que sus representados sean condenados a la pena mínima que contempla el delito de asesinato, es decir, 15 años de cárcel. No obstante, concurren todas las agravantes para que, finalmente, pasen el resto de su vida entre rejas.

El jurado consideró probado por mayoría uno de los postulados clave que sostuvieron las acusaciones durante la celebración del juicio: tanto Vanesa como Cristian «querían causar» la muerte de Laia. Pero hay más. No solo son autores del asesinato por la citada acción, sino también por omisión, tal y como defendía el representante del ministerio fiscal a lo largo de la lectura de sus conclusiones definitivas. Ni Vanesa ni Cristian avisaron a los servicios médicos durante las últimas 48 horas que llevaron a Laia a una muerte «agónica y lenta» tras haberle propinado un fuerte golpe que le seccionó el duodeno y desembocó en una peritonitis aguda. Una omisión de su deber que propició «un aumento deliberado e innecesario del dolor de Laia» para terminar de darle muerte. De ahí la agravante de enseñamiento.

También actuaron con alevosía porque «la corta edad de Laia le impidió ejecer una defensa efectiva frente a las agresiones que estaba sufriendo» como, por ejemplo, ser colgada de un clavo a más de dos metros por encima del suelo o comer guindillas y salsas picantes. Poco más de siete horas necesitaron los miembros del jurado para probar las agravantes de ensañamiento y alevosía y, además, sentenciar la voluntad homicida de los encausados.

Desde que Laia fue asesinada, los ahora declarados culpables nunca han llegado a reconocer los hechos y se han acusado mutuamente. Mientras que Vanesa siempre ha mantenido que era ajena a todos estos episodios de maltrato, Cristian sí que se llegó a atribuirse algunos de ellos pero alegando en su favor que era para evitar otros castigos mayores de su pareja. No obstante, el jurado no tuvo ningún tipo de duda en que ambos actuaban conjuntamente para hacer sufrir a este niña de dos años con la intención de asesinarla: recibía «de forma persisitente y habitual golpes continuados por todo el cuerpo, golpes que le eran propinados por Vanesa Muñoz Pujol y Cristian Lastanao Valenilla».