Palabras que estigmatizan

Kumara inauguró India es femenino el pasado viernes en el Centro Joaquín Roncal, donde se desarrollarán todas sus actividades

Kumara inauguró India es femenino el pasado viernes en el Centro Joaquín Roncal, donde se desarrollarán todas sus actividades / ANDREEA VORNICU

Mario Gracia

La desigualdad de género es una vulneración de los Derechos Humanos que no entiende de fechas. Pero es en torno al 8 de marzo cuando se multiplican los mensajes para recordar que, “en pleno siglo XXI, millones de mujeres en todo el mundo siguen padeciendo las consecuencias de sistemas sociales arcaicos que promueven la injusticia social y el abuso de poder frente al género femenino”, señala Vega Luengo, técnica de cooperación y educación de la oenegé aragonesa Kumara Infancia del Mundo.

“Un claro ejemplo de desigualdad de género es la India”, continúa Vega, “donde el papel de la mujer en la sociedad continúa devaluado, a pesar de las diferentes leyes constitucionales que reconocen la igualdad de derechos de ambos sexos”. Precisamente a ellas, a las mujeres de este país, está dedicado el ciclo India es femenino, “un proyecto multidisciplinar donde, desde una mirada artística, educativa y crítica, tratamos problemas que afectan a la igualdad de género, es decir, al Objetivo de Desarrollo Sostenible número cinco”, apunta Montserrat Sanz, vicepresidenta de Kumara.

A pesar de que esta organización trabaja fundamentalmente con la infancia, “entendimos que, para que los niños, y especialmente las niñas, pudieran tener un futuro, debíamos apoyar a sus madres, dándoles la oportunidad de aportar ingresos en el ámbito familiar”, aclara Sanz. “Hacer este ciclo es dar voz a los millones de mujeres que no pueden”.

Pero esas voces resuenan más allá del subcontinente indio. “Tratamos este tema más allá del país asiático. Buscamos interconectar el desarrollo de la dimensión personal y social, lo micro y lo macro, lo local con lo global, entendiendo que el camino hacia la igualdad de género es compartido por todas y todos, sin importar el lugar de donde procedamos”, constata Luengo.

Desde el pasado viernes, y hasta el próximo 1 de abril, el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza acoge la cuarta edición de India es femenino. Tal y como detalla la técnica de Kumara, “el proyecto engloba artes plásticas, fotografía, vídeo, conferencias, talleres, cinefórum… para que cada persona se acerque a la propuesta desde el ámbito que más se adecúe a sus inquietudes”.

En esta ocasión, el ciclo gira en torno a un problema social que está en pleno auge en buena parte del planeta. Se trata del discurso del odio contra diversos colectivos y, en concreto, contra las mujeres, que a juicio de Montserrat Sanz “son especialmente susceptibles de ser objeto de estos discursos”, y más en India, “donde se enfrentan cada día a una doble discriminación: la de pertenecer a un determinado grupo social (por el sistema de castas imperante en el país) y la de ser mujer”.

Muchas indias “sufren la violencia y discriminación machista en tres contextos: la familia, la sociedad y la peor de ellas, la consentida por el Estado”, abunda Vega Luengo. “Nuestra intención es mostrar que, a pesar de que queda un largo trecho por recorrer para la igualdad, no nos cabe duda de que ellas conseguirán recorrerlo. Esto lo vemos en los proyectos que realizamos con nuestros socios locales en India, enfocados en el empoderamiento de mujeres y niñas dalits, la casta más discriminada, donde el acceso a derechos humanos básicos como la educación y la sanidad les abre puertas a futuros llenos de posibilidades”, afirma.

Avances que pueden verse torpedeados por “el fenómeno del discurso del odio, que parece haberse convertido tristemente en un problema endémico en nuestras sociedades. Como la historia de la humanidad nos viene demostrando, este tipo de mensajes, unido a la desinformación, puede llevar a la estigmatización de colectivos, la discriminación y la violencia a gran escala”, advierte Luengo.

Y es que, tal y como recuerda la técnica de Kumara, “el lenguaje tiene el poder de comunicar, pero también de herir. El odio a las minorías y su discriminación también se ejercen por medio de expresiones, declaraciones, mensajes en redes sociales, textos o vídeos, que pueden ser insultantes y denigrar a una persona o a un grupo de personas por su pertenencia étnica, por tener una orientación sexual minoritaria, por ser de otro país, por su edad, su religión, por vivir en la calle o por otras circunstancias”, como haber nacido mujer.

Las actividades que incluye el ciclo India es femenino están orientadas a enseñar a detectar esas narrativas del odio, presentes tanto en los espacios públicos, como en internet y los medios de comunicación. “Nuestro objetivo es que reflexionemos y, juntas, trabajemos para crear una contranarrativa a ese discurso”, afirma la vicepresidenta de la oenegé. “Está en nuestras manos luchar contra este problema, analizando estos discursos y construyendo nuevas actitudes y narrativas basadas en la empatía y el respeto, cuestionando nuestros prejuicios y estereotipos”, concluye Luengo.