Veinte años son mucho tiempo. Volvía este lunes a la plaza del Pilar Independance, en esta ocasión bajo el sello de Los40 Dance. Una cita ya clásica en la programación cultural de las fiestas que sigue, aunque menos que en otras ediciones, atrayendo a gran cantidad de público.

Ha costado que la noche arrancase porque la música electrónica no es la más apropiada para las 21.00 horas. La escena era curiosa en esos primeros momentos del concierto: algunos las últimas cervezas de la tarde, otros buscaban hueco para cenar y algunas familias completaban sus paseos.

Entre todos ellos, unos primerizos adolescentes que han debutado en las noches pilaristas. Ese público, que tiene menos años que los que lleva este espectáculo asentado en el Pilar, es el que ha poblado mayormente la mitad de la plaza más alejada del escenario y que no dejaba de moverse de un lugar a otro.

Los fieles a la electrónica, aquellos que la vivieron en su máximo esplendor allá por principios de siglo, sí que se han acercado hasta las tablas, donde se han ido rotando una nutrida nómina de discjockeys, encabezados por Dj Nano. Abel Ramos, Albert Neve, Dani Moreno o Germán Pascual han sido algunas de las estrellas que completaron el cartel.

Bien es cierto que con el paso de las horas, la temperatura bajaba pero las ganas de bailar y la afluencia de público ha ido aumentando ligeramente. Pese a ello, el contexto ha seguido sin ser demasiado propicio para que la fiesta se desarrollase con aquellos festivales que llenaban hace solo unos años algunos de los escenarios más grandes.

Extrañas decisiones

No es habitual en los conciertos ver que las grandes pantallas, en lugar de ampliar imágenes de los artistas y poner el foco en las actuaciones, se sucedan anuncios y publicidades con temas que, en algunos casos, poco tiene que ver con lo que está sucediendo sobre el escenario.

Tampoco ha sido un acierto parar la música al completo con los sucesivos cambios de pinchadiscos. Algunos, los más animados, se han quejado a la organización por esta situación con algunos gritos y varios pitos. No han durado mucho, pues en cuanto la música volvió a sonar las quejas desaparecieron.

Pese a todo, la música electrónica ha vuelto a resonar en el centro de la capital aragonesa y no tiene visos de que vaya a fallar en las próximas ediciones. Algo más de animación sobre el escenario y una mayor implicación del público pueden ser la clave para que la fiesta vuelva a ser esa que tanto encandiló a Zaragoza.

Este martes llega al escenario del Pilar el cantante malagueño Pablo Alborán, en lo que se prevé como uno de los grandes conciertos de las fiestas. Una actuación que ya genera expectación, tanta que varias fieles a su música se acercaron este lunes por la mañana para guardar los mejores sitios. El concierto de Alborán comienza también a las 21.00 horas, como el resto de las actuaciones programadas en la céntrica plaza zaragozana.