Cuidar aún se conjuga en femenino

El 83% de las personas cuidadoras de familiares con discapacidad intelectual son mujeres, por lo que Plena inclusión reclama más apoyos para la conciliación

La familia aragonesa Bravo Rubio

La familia aragonesa Bravo Rubio

El Periódico de Aragón

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Las mujeres son quienes, en el seno de sus familias, asumen de forma mayoritaria el cuidado de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. De acuerdo con una encuesta de Plena inclusión, un 83% de las cuidadoras de estas personas son mujeres, madres en su mayoría (68%), el 12% hermanas y el 3% cuñadas. Este dato, que visibiliza, una vez más, la feminización de los cuidados, supone para las mujeres significativas renuncias a su vida laboral y personal.

Plena inclusión recuerda a las administraciones públicas que la mayoría de las familias que cuidan a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo encuentran serias dificultades para conciliar su vida laboral y personal por falta de apoyos suficientes. Y, a tenor de los datos, las más perjudicadas por estos obstáculos a la conciliación siguen siendo las mujeres.

La confederación, que agrupa a 950 asociaciones que prestan apoyo a más de 150.000 personas con discapacidad intelectual y del desarrollo (autismo, síndrome de Down y parálisis cerebral), 40 de ellas en Aragón, reivindica que tanto la Ley de Familias como la Estrategia Estatal de Cuidados sitúen a estas familias como grupos prioritarios de atención.

Desde Plena inclusión se exige que, durante la tramitación parlamentaria la Ley de Familias en el Congreso de los Diputados y el Senado, cuyo anteproyecto aprobó este martes el Consejo de Ministros, los grupos políticos no olviden “la situación de estas personas, que soportan una sobrecarga de tarea que les lleva a renunciar muchas veces a su vida laboral, y a asumir un sobrecoste económico para sostener a sus familiares con discapacidad intelectual”.

Esta descripción de la realidad lleva a Plena inclusión España a reclamar que la nueva legislación contemple la necesidad de momentos de respiro, que permitan a los familiares cuidadores de las personas con discapacidad intelectual mejorar su estado vital. Porque una de las situaciones que se repiten para miles de familias es la falta de descanso, autocuidado y de momentos de desconexión a causa de una rutina que termina minando sus fuerzas y su ánimo.

Por su parte, la federación autonómica de Plena inclusión Aragón, que ya ofrece un servicio de canguros para facilitar la conciliación, reclama más apoyo público para que puedan disfrutar del mismo todas las familias aragonesas de personas con discapacidad que lo necesiten, especialmente las más vulnerables, como las monoparentales, cuyas necesidades de apoyo para los cuidados son enormes.