El viento que sopla estos días en la Ribagorza ha reavivado las llamas que están destruyendo los bosques, prados y arbustos de una de las más bellas comarcas de Aragón. Pero no solo eso. También han resucitado una vieja polémica: la de la política que se debe seguir con la limpieza de los montes de Aragón.

Nacho Espot, alcalde de Laspaúles, considera que el incendio que arrasa las laderas de las montañas se hubiera podido evitar, o al menos amortiguar, si se hubiera llevado a cabo lo que llama "una adecuada política de prevención de incendios".

"Hemos llegado a un punto en que no se puede hacer nada", señala. "Medio Ambiente prohíbe a agricultores y ganaderos llevar a cabo limpiezas y se multa a todo el que lo incumple".

"Si quemas los rastrojos, te retiran las ayudas de la PAC", añade, visiblemente enfadado. Y para los agricultores y ganaderos del valle de Castanesa esas ayudas son fundamentales para subsistir en una zona apartada y con muy pocos servicios.

"Hay turismo, pero el turismo no da para todos ni para vivir todo el año, con lo que se puede decir que la agricultura y, sobre todo, la ganadería, son esenciales para que las familias de la zona obtengan unos ingresos dignos a lo largo de todo el año", recalcó Espot.

UNA MARAÑA En Noales, del municipio de Montanúy, los vecinos son de la misma opinión. "Hay que pedir permiso hasta para cortar una zarza o una rama de un árbol", denunció José Cabezuelo. "Y el resultado es que no se puede dar un paso entre los pinos porque ha crecido una maraña de matojos que no dejan avanzar", agregó.

En verano, el ganado pace más o menos libre por la zona, pero el número de cabezas ha disminuido drásticamente durante estos últimos años, en la misma medida en que aumentaba el número de familias que decidían dedicarse al turismo, como único medio de vida o como complemento a la ganadería.