Bajar el IVA: otro error

Alfonso Alegre

Alfonso Alegre

El Gobierno ha decidido, como medida para paliar la inflación y favorecer a los menos acomodados, la eliminación del IVA en los alimentos básicos.

Cuando se analiza un impuesto hay que ver básicamente cuatro cosas. Primera: cuanto se recauda (en este caso cuanto se deja de recaudar), segunda: quien sale beneficiado o perjudicado con ese impuesto, tercera: la facilidad para aplicarlo y cuarta: los incentivos que genera dicho impuesto (o su eliminación en este caso).

Veamos pues cuáles son los efectos de esta medida y si es la mejor posible. En primer lugar, la estimación de la pérdida de recaudación según el Ministerio será de 661 millones de euros, 15€ por español. Podríamos pagar 70 km de autopista o 6000 pisos públicos de alquiler, 2000€ a cada niño que nazca este año. En cuanto a la facilidad de aplicación la medida es muy fácil de aplicar, por ahí ningún problema.

Veamos ahora quiénes son los beneficiados de esta medida. Todos los estudios dejan claro que los mayores beneficiados de esta medida son las rentas altas. Es decir, que de esos 15€ de media por español los que más tienen van a ahorrar algo más de 20€ y los que menos alrededor de 7€.

Esto se entiende muy bien si uno compara la compra de un pobre y un rico. Imaginemos que ambos compran un kilo de tomates. El pobre lo compra de oferta en el mercado de su barrio y paga 1€ por esos tomates. El rico en cambio compra tomate rosa de Barbastro con denominación de origen en el Corte Inglés a 10€ el kilo. El uno se ahorra 4 céntimos y el otro se ahorra 40 céntimos.

Extrapolen esto a cualquier producto y se entiende porque beneficia fundamentalmente a quien más tiene. Tenemos que ver ahora los incentivos que genera esta bajada de IVA, porque mucho me temo que ese ahorro medio de 15€ no se va a producir. Keynes ya vislumbró que los precios suben como un cohete, pero caen como una pluma. Es decir, suben mucho más rápido de lo que bajan. La bajada del IVA puede implicar que el comercio baje los precios o bien que aumente sus márgenes, es decir, que lo que deja de recaudar el estado se lo quede el distribuidor.

Teniendo en cuenta que la medida es para 6 meses y que las plumas caen muy despacio, me atrevería a decir que la mitad de esos 15 euros no irán ni a ricos, ni a pobres irán a mejorar el margen comercial de Mercadona, el Corte Inglés y de su frutero. Bajar 20 céntimos los combustibles fue un error, esto, aunque más pequeño, también es un error.