La importancia de enseñar y educar

Carmen Pérez Ramírez

Carmen Pérez Ramírez

Cuando se habla de educar y enseñar, al menos lo entiendo así, los significados son diferentes. Las dos funciones están implícitas en el contexto educativo. Enseñar, a diferencia de educar, es la que forma parte directa de la formación del conocimiento, de la sapiencia; mientras que educar es formar en valores, en responsabilidades, en derechos y obligaciones, es un concepto mucho más amplio; se concibe para intentar conseguir individuos instruidos en un mejor desarrollo humano.

En 2018 realicé y coordiné un programa titulado Educrea, consistía, en su conjunto, en actuaciones directamente de la mano de creadores que trabajaban en Aragón. Estos colegas: pintores, escultores y ceramistas, con experiencias pedagógicas, transmitieron sus conocimientos artísticos en las aulas de Plástica de varios centros de enseñanza de Aragón. El programa también contemplaba la posibilidad de la participación de alumnos de otras disciplinas como música y literatura, creando una interrelación que estimulaba la culturización en los alumnos. En un momento dado reparé en que la palabra Educrea la había formado a través de una contracción o acrónimo de dos palabras: educar y crear. El objetivo era enseñar, por lo que cambié el título por Involucrarte para que, de esta manera, tuviera una lectura más objetiva. Un proyecto que fue seleccionado y apoyado por el Gobierno de Aragón y que supuso un conocimiento in situ, interviniendo artistas, alumnos y profesores.

La situación en la que está la enseñanza reglada en nuestro país, y los malos resultados de los informes PISA, es algo que nos preocupa. Para que el sistema de enseñanza Secundaria se consolide y avance en obtener alumnos bien preparados, de sólidos conocimientos para emprender oficios o estudios superiores, es fundamental conseguir acuerdos estables entre los grupos políticos mayoritarios, utilizando el poder que se les otorga en las elecciones democráticas, de esta manera se prioriza el desarrollo de las futuras generaciones.

Para debatir la regulación o limitación del uso del móvil en las aulas, se tendría que concretar si es necesario su uso o no. Lo cierto es que nunca ha sido necesario, la experiencia nos dice que no proporciona un mayor avance en la formación, y como herramienta didáctica no se justifica por necesidad pedagógica ni tampoco por precisar una comunicación externa. En los centros hay medios suficientes para atender las necesidades tecnológicas y personales de los estudiantes, éstos deberían asumir la responsabilidad que se les supone a través de la formación educativa, que se estima imprescindible, dentro del ámbito familiar, si eso no se ha producido, limitar el uso de los móviles para evitar su excesiva utilización entre ellos, sirve de bien poco. El sistema de enseñanza en España ha tenido muchas carencias, entre ellas la falta de inversiones presupuestarias. Ahora los 500 millones de euros pueden ser una solución, eso cree Pedro Sánchez, pero siempre y cuando la gestión forme parte de la realidad que demandan las asociaciones y federaciones de padres y, sobre todo, los docentes que son los que están al pie de obra y no los teóricos de disciplinas de partidos.

*Pintora y profesora

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