CON SENTIDO / SIN SENTIDO

De cre ci mi en to

Hernán Ruiz

Hernán Ruiz

Hasta la reina Letizia lo ha sacado a colación en un seminario reciente, ante la perplejidad de algunos empresarios presentes y siendo enmendada en directo por un ministro Escrivá indecoroso y prepotente, que tachaba el decrecimiento de «catastrofismo sin fundamento». El decrecimiento está ya sobre la mesa y es la única salida posible para no aniquilar el planeta. Así lo ha reconocido hasta Ursula Von der Layen: «el modelo de crecimiento es simplemente obsoleto». El problema es cómo abordarlo, apostando los más realistas por medidas progresivas: «necesidad de decrecer a un crecimiento factible» (Emilio Santiago, CSIC). Los datos refrendan las tesis de soluciones alternativas: la UE ha descendido un 28 % el CO2 y su PIB ha aumentado un 64 %. Pero no basta con esas necesarias medidas, hay que cambiar la mentalidad de la gente hacia un consumo moderado y sostenible. Hay que revertir la idiosincrasia de crecimiento infinito que nos inoculó con éxito el neoliberalismo justo cuando se celebraba en Suecia la primera cumbre climática de la ONU. Allí, en 1972, se presagió lo que ahora estamos viviendo; hemos perdido cuatro décadas hasta acometer medidas, obnubilados por el espectro capitalista de la prosperidad infinita (hoy lo jalea la ola reaccionaria). Las medidas hacia un decrecimiento posible tienen que activarse sin demora: legislar contra la obsolescencia programada, fomentar las cosotecas para compartir herramientas, promover una alimentación sostenible con productos de cercanía, apostar por ropa reciclada, moderar los viajes en avión, reciclar los minerales, desautorizar a quienes difundan actitudes hiperconsumistas vanagloriándose en redes de las decenas de trapos baratos que les ha traído Amazon, etc. Las administraciones tienen una gran responsabilidad en el desafío, pero con ciudadanos conscientes de esta nueva mentalidad la reversión de la catástrofe todavía es posible.

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