Opinión

Ayuso y Delibes

Desde que tengo afición por la filosofía, uno de los temas que más me llama la atención es cómo graduamos lo que está bien y lo que está mal, y al mismo tiempo cómo la sociedad recompensa o castiga dichos comportamientos. Hay consensos muy claros: matar está mal. Sin embargo, si nos hablan de un sicario y de quién dio la orden, muchos pensaremos que, si bien el sicario es culpable, es bastante peor quien da la orden de apretar el gatillo. También somos conscientes de que no es lo mismo matar que dejar morir y nos parece peor la primera. De hecho, la omisión de socorro o no respetar la conocida ley del mar que obliga a rescatar a los náufragos, están penados, pero mucho menos que el homicidio. ¿Qué pensaríamos de quien da la orden de dejar morir a alguien? En mi opinión, quien da la orden de no socorrer es, como en el caso del mafioso y el sicario, tan o más responsable que quien omite el deber de socorro. El tema de las residencias de Madrid es una de las mayores barbaridades de nuestra democracia. Allí se abandonó y dejó morir a más de 7.000 ancianos. Es un hecho que la señora Ayuso ha mentido sobre las residencias, ya que ha dicho cosas manifiestamente contrarias. Ha pasado de decir «se hizo lo imposible por salvarlos a todos», a dar a entender que se los dejó a su suerte porque «no se salvaban en ningún sitio». Además, resulta que la señora Ayuso ha estado intentando ocultar las actas que prueban que efectivamente se dio la orden de no atender a los ancianos de las residencias. Lamentablemente para Ayuso, algunas de esas actas se han filtrado. Es cierto que una parte de los que murieron en las residencias hubieran muerto igual en un hospital, pero las cifras dicen que un 65% de los ingresados en uci se salvaron. Es decir, que de los 7.000 abandonados, estadísticamente, habrían sobrevivido 4.550. No solo está el tema de salvar vidas, que es fundamental. Yo particularmente prefiero morirme bajo supervisión médica y sedado para sufrir menos, algo que en muchos casos no se dio en las residencias, donde los ancianos fallecieron abandonados a su suerte sin poder respirar. Aunque hay que recordar que Ayuso sí mostró cierta humanidad con los que tenían seguro privado. Estos sí fueron llevados al hospital, donde, atendiendo a las estadísticas, buena parte de ellos sobrevivieron y los que fallecieron lo hicieron en condiciones mucho mejores que los abandonados en las residencias. Una versión moderna del señorito y la Milana bonita.

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