Opinión

Que se muera el Papa

Esta columna pretende poner en evidencia el sinsentido que a veces nos rodea, pero el caso que nos ocupa ha roto todas mis previsiones. En una tertulia alojada en Youtube, los sacerdotes católicos participantes rezan para que Francisco I vaya pronto al Cielo. Aunque contradice el quinto mandamiento, la «fachosfera católica» parece haber llegado a tal grado de delirante fundamentalismo que se salta los principios del propio Cristianismo. Ya sabemos que no todos los católicos son cristianos de facto, pero es que en este caso quiebran conscientemente la singularidad de la Iglesia regida de Roma: la obediencia al vicario de Cristo. ¿O es que estos reaccionarios solo asumen la doctrina cuando el Espíritu Santo aletea con su ala derecha? Los tertulianos de marras habían sido formados en seminarios toledanos de observancia ultraconservadora, reacios a toda innovación y progreso en el seno eclesial. Es un movimiento que, tras el Vaticano II y los pontificados progresivos de Pablo VI y el abortado de Juan Pablo I, inició Karol Wojtila en una ofensiva de tridente neoliberal/conservador coparticipada por Thatcher y Reagan para acabar con el impío comunismo y santificar el capitalismo más desalmado. En la Nova Ecclesia se acabó con la teología de la liberación, se cortocircuitó el impulso aperturista del concilio sesentero, se apartaron lo no afines (Ratzinger ejerció de inquisidor implacable) y se fomentaron los movimientos cristianos ultraconservadores ascendiendo al Opus Dei a Prelatura Personal y beatificando a su fundador. Bergoglio, que llegó a la cátedra de Pedro tras el traumático afloramiento de todas las miserias ocultadas por sus piadosos antecesores, ha parado esta contraofensiva para retomar el aggiornamento que inició Juan XXIII. Por eso rezan para que llegue al Cielo cuanto antes, junto a los pobres y olvidados que bendijo Jesucristo y ellos maldicen. H @HernanRuizcelt

Suscríbete para seguir leyendo