Entrevista | Iván Martínez Exentrenador del Deportivo Aragón y del Real Zaragoza

"Es muy doloroso salir de mi casa tras trece años y hacerlo de esta manera"

"Me dijeron que habían perdido la confianza en mí y que no era la persona adecuada", explica el técnico del Aragón sobre su despido después de una temporada en la que dirigió en ocho partidos al Real Zaragoza

Iván Martínez, en un entrenamiento con el primer equipo zaragocista.

Iván Martínez, en un entrenamiento con el primer equipo zaragocista. / NURIA SOLER

S. Valero

--Sorprendió su despido, el 21 de junio el club había anunciado que usted seguía en el Deportivo Aragón para empezar los entrenamientos el 14 de julio. ¿Cómo vivió lo sucedido y como está?

--Bueno, estoy sorprendido y dolido. Me llamó Ramón Lozano el jueves por la tarde para que me pasara por las oficinas del club y ahí acudí. Se me comunicó ese despido y se me dijo que se ha perdido la confianza en mí y que no me consideran la persona adecuada para llevar al filial. Fue algo inesperado, a 1 de julio no te puedes imaginar una destitución tras haberme comentado hace un mes y medio que iba a continuar.

--¿Cómo valora esos motivos?

--Los respeto, pero no los comparto. Esto es fútbol y siempre se dice que si no te cesan una vez no eres nunca entrenador. Es un momento amargo que me toca vivir. Pero mi pasión por este deporte no se va a perder en ningún momento. O jalá pueda ser aquí en otra etapa y, si no, será en otro equipo de Aragón o de fuera. Mi vocación es entrenar y ese va a ser mi camino. Llevaba 13 años entre jugador y entrenador en el Zaragoza, seis de ellos como técnico en las categorías inferiores y es muy doloroso salir de mi casa y hacerlo de esta manera, eso está claro.

--¿Cree que hay algún motivo más que no se le ha dicho?

--No tengo que comentar más de eso, me lo quedo para mí. 

"Ha sido un año durísimo, pero también ha sido la temporada que más formación nos ha dado para todo el cuerpo técnico como entrenadores"

--La temporada pasada empezó como técnico del Aragón y cogió al primer equipo durante 8 partidos. Fue un año duro para usted.

--Durísimo, pero también ha sido la temporada que más formación nos ha dado para todo el cuerpo técnico como entrenadores, por vivir estas experiencias y cumplir además el sueño de dirigir al equipo de tu ciudad y de tu vida. Y ha sido doloroso por cómo ha transcurrido todo desde la pandemia, desde el maldito virus, que dejó al primer equipo sin ascenso y después fue todo muy rápido.

--¿Cree que la llamada del primer equipo cuando Lalo Arantegui le dio ese puesto le llegó en un momento demasiado difícil, que no era la situación idónea para usted?

--Es que ese tren puede pasar solo una vez en la vida, es posible que te equivoques, pero por mi personalidad y carácter no soy de rendirme. No pensé en mí, sino en el Zaragoza. Creíamos que podíamos sacar rendimiento al equipo y cambiar el momento que vivía para sacarlo de abajo. Yo estoy orgulloso de haberme dejado la piel para ayudar al Zaragoza en esta salvación, apostamos por jugadores que se han revalorizado para el club, como Francho, Francés o Azón, y tenemos su cariño, son los primeros que nos han llamado y también me quedo con eso.

"No podía hacer otra cosa que coger el primer equipo, porque soy un hombre de club y lo hice con toda la ilusión. Creo que dimos lo mejor, pero los resultados no acompañaron"

--¿Pero se veía preparado o solo obligado a coger el primer equipo en noviembre pasado?

--Es que son decisiones de la entidad y que tienes que aceptar, porque es tu deber. Yo no podía hacer otra cosa, porque soy un hombre de club, acepté y lo hice con toda la ilusión. Me intenté rodear de la mejor gente, de Víctor Garijo, Fernando Cardoso, Víctor Búrdalo, Marcos Marcén o Javi Suárez, y partir de ahí nos pusimos a darlo todo por lograr el objetivo. Cogimos el primer equipo con diez bajas, con un calendario muy apretado, de miércoles y domingo, y con rivales duros que después se suavizaba. Pusimos unas bases para mejorar el trabajo defensivo y apostamos por jugadores que antes he mencionado y que nos iban a dar ese salto. Y se ha demostrado que lo hicieron. Seguimos creyendo que dimos lo mejor de nosotros, pero no nos acompañaron nada los resultados. Fue lo único que no lo hizo.

--Con el filial tampoco salieron las cosas tras volver a cogerlo y no subieron a Segunda RFEF. Tuvo muchas ausencias de futbolistas importantes que les lastraron.

--No solo fueron las bajas, estuvimos todo el mes de enero sin poder entrenar porque tanto yo como otros futbolistas cogimos el covid, el golpe personal de la enfermedad de Eduardo Navarro nos afectó y hubo esa plaga de lesiones derivada de ese mes sin trabajar en grupo y del calendario tan exigente que tuvimos después. Sufrimos mucho y el cansancio mental y físico se notó, aunque luchamos hasta el final por ese ascenso y yo estoy contento del trabajo del equipo, que por las bajas casi a veces era un Zaragoza C. Esos futbolistas dieron un paso en su formación.

"Quedarnos campeones de Liga y de España en juveniles fue el momento más feliz, es un hito histórico"

--¿Con qué momento se queda de esos seis años entrenando en la Ciudad Deportiva?

--No me puedo quedar con solo una cosa. Lo hago con muchas. Dirigir al primer equipo es un sueño cumplido pero los momentos más felices fueron en esa temporada de quedarnos campeones en juveniles de Liga y de España, porque esa hazaña queda ahí. Somos los únicos que lo hemos logrado en la historia del Real Zaragoza, gracias al trabajo de unos futbolistas que lograron ese hito. Y después llevar el escudo por Europa y en la UEFA Youth League también es una experiencia que te hace sentir muy orgulloso.

--Ahora que se marcha del club, ¿cómo le gustaría que le recordara el zaragocismo?

--Sobre todo y ante todo, como un zaragocista más, que comparte como todos el deseo de que el equipo vuelva a Primera cuanto antes. Yo soy un zaragocista de cuna, de principio a fin, y así quiero que me vea la afición, como uno de ellos, sufridor ahora como lo son ellos y ojalá lleguen pronto las alegrías y la situación del equipo cambie pronto, porque el zaragocismo y la historia de esta entidad merecen que vuelva a estar entre los mejores cuanto antes.

--¿En su futuro queda abierto un posible regreso al club?

--Por supuesto, nunca me cierro ninguna puerta y menos esta. Si un día me vuelven a llamar, yo encantadísimo, es el club de mi vida, donde he estado trece años y donde he vivido muchas cosas bonitas. En cuanto me llamen, ya sean estas personas, las que compren el club u otras en un futuro habrá que estudiar la situación, claro, pero nunca me negaré a entrenar a un equipo del Zaragoza, sea en la categoría que sea.

--¿Y ahora qué?

--Ahora vacaciones, necesito desconectar y estar con mi familia y amigos.

--El verano pasado, sin ir más lejos, tuvo ofertas en varias canteras importantes de España y se quedó, pero ahora, a estas alturas, es muy complicado encontrar un banquillo ¿no? 

--Es lo que pensé cuando me lo comunicaron. Si me lo hubieran dicho a finales de mayo por ejemplo... La destitución llega en un muy mal momento, porque ahora ya no tienes ese mercado de hace un mes y medio, ya que todos los proyectos tienen su entrenador. Si llega una oferta, aunque ahora será difícil, pero cuando venga en un futuro, pues la valoraré y la meditaré, pensando también en mi familia, en mis hijos y en el negocio que tengo aquí.