La actualidad del Real Zaragoza

Escribá cotiza al alza

El entrenador ha sumado 28 puntos en 20 jornadas, lo que dejaría al equipo octavo desde que llegó y el noveno en la segunda vuelta, donde ha superado lesiones y malos momentos, además del casi nulo margen de maniobra en enero que impidió una revolución mayor

Escribá da instrucciones en el banquillo del Zaragoza en el partido ante el Granada con Generelo detrás.

Escribá da instrucciones en el banquillo del Zaragoza en el partido ante el Granada con Generelo detrás. / JAIME GALINDO / ANDREEA VORNICU

S. Valero

La victoria ante el Granada, con clara superioridad en el césped y dejando la portería a cero ante el mejor ataque de la categoría, ha incrementado el valor de las acciones de Fran Escribá en el Real Zaragoza, al que llegó en noviembre con el equipo decimoséptimo y con un contrato por dos años, con un incremento salarial en el segundo de ellos. De hecho, fue el curso clave para convencer al entrenador, con un sitio habitual en Primera en la mayor parte de su carrera, de su llegada a La Romareda y a la categoría de plata en sustitución de Carcedo por el proyecto a largo plazo, con una apuesta importante para buscar el ascenso en esa temporada después de que en la primera las cosas se hubieran torcido ya demasiado por entonces, despidos del propio Carcedo y Torrecilla incluidos. Desde entonces, el Zaragoza ha sumado 28 puntos, con un promedio de 1,4 por encuentro en 20 partidos y un balance de 6 victorias, 10 empates y 4 derrotas que sitúa al equipo zaragocista en octava posición desde que llegó el entrenador valenciano.

Con Escribá a los mandos, el Zaragoza ha superado a Ibiza, Huesca, Villarreal B, Andorra, Leganés y Granada, para firmar tablas con Burgos y Albacete, en dos ocasiones con ambos, Málaga, Mirandés, Ponferradina, Lugo, Huesca y Levante. Las derrotas fueron con Leganés, Sporting, Alavés y Málaga, esta en la Rosaleda.

Esas acciones de Escribá han fluctuado con un buen arranque y 9 puntos de 15 en los primeros 5 partidos para que la derrota en Leganés y el parón navideño no le sentaran bien al equipo, que empezó la segunda vuelta en un vuelo rasante que terminó en siniestro reflejado en las dos derrotas por goleada ante el Alavés y el Málaga. La segunda de ellas y tras siete tantos en dos partidos, propició una aclaratoria y tensa reunión en el vestuario de hora y media después de unas declaraciones altisonantes de Escribá tras el duelo en La Rosaleda, porque el técnico en esta etapa de más de cinco meses ha dejado ya sobradas muestras de su sinceridad delante de los micrófonos.

Desde entonces, el Zaragoza, volviendo a ser competitivo y sobre todo más sobrio en defensa, ha sumado 11 puntos en siete jornadas sin perder, con dos victorias y cinco empates y con solo tres dianas en contra, una reacción que le ha dejado a las puertas de la permanencia, ya que el ritmo de puntuación que lleva y el lastre de la etapa de Carcedo, que dejó el equipo con 16 puntos en 15 citas, no dan para más. En todo caso, con el promedio actual de Escribá de 1,4 puntos por choque, el Zaragoza hubiera completado la temporada en torno a los 59 puntos, insuficientes para la promoción, aunque sin andar lejos de ella.

De los relevos de entrenadores con la temporada empezada, solo Carreras en la 15-16 y JIM en la 20-21, que estuvieron en un promedio de 1,54 puntos desde que arribaron con esos cursos ya empezados y Popovic en la 14-15 (1,46) mejoran las prestaciones de Escribá, que este sitúa ligeramente por encima de las de Víctor Fernández en la 18-19, con 32 puntos en 23 partidos sin contar la victoria administrativa ante el Reus. Víctor Muñoz, Agné, Láinez, Alcaraz e Iván Martínez lo hicieron también peor que el valenciano al llegar con el curso empezado.

Más lejos de las derrotas

Es evidente que el técnico valenciano ha mejorado a Carcedo (1,4 por 1,06 de media) y solo ha perdido cuatro partidos. En estas 20 jornadas, tan solo el Levante, Las Palmas y el Eibar han caído menos veces que los zaragocistas, que no viven cerca de las victorias, pero que lo hacen aún más lejos de las derrotas. Además, en nueve jornadas ha sido capaz el Zaragoza de Escribá de dejar su portería a cero (con Carcedo fueron otras cinco más en 15 citas) y solo en cuatro el rival le marcó más de un gol, los dos que le hicieron el Leganés y el Villarreal, los tres del Málaga y los cuatro del Alavés.

Ha tenido que superar la deficiente planificación de la plantilla , el nulo margen para la revolución en enero y las lesiones graves de Iván Azón y Mollejo, además del terrible nivel de Gueye

“El equipo se está acercando a la idea que tenía cuando llegué”, dijo tras el partido contra los granadinos un Escribá que se vio tocado tras aquellas dos goleadas y que tuvo muy claro entonces que el Zaragoza no podía ir a un intercambio de golpes con casi ningún rival. El míster, además, ha tenido que superar la deficiente planificación de una plantilla con poca capacidad de desborde en las bandas y sin apenas pólvora, las lesiones graves de Iván Azón y Mollejo, pero también la de Bermejo, que estuvo un mes de baja tras caer en Butarque, el terrible nivel de Gueye, llegado para ser la apuesta anotadora, y el poco margen de maniobra que tuvo Juan Carlos Cordero, recién llegado en enero, para remodelar la plantilla, con todas las fichas cubiertas y escasez económica, para que solo pudieran llegar Alarcón, de gris rendimiento, y Bebé, en enero.

La próxima temporada

Cordero arribó también en enero, además de convencido en la parte económica tras dejar el Tenerife, por un próximo año de proyecto con las miras de volver a Primera y con un entrenador con contrato ya para esa campaña. No es Escribá un técnico del perfil de las apuestas del director deportivo cuando estuvo en otros clubs y un mal final de temporada podía levantar muros, también con la reacción de la grada en esa posible crisis, y propiciar giros, caros en todo caso por el año que le resta al valenciano, pero cuando el calendario se ha empinado el Zaragoza ha levantado vuelo, aunque ninguna vía se pueda descartar a estas alturas. "Podríamos haber hecho mejor las cosas, pero la satisfacción es mutua. Tanto la dirección general como la dirección deportiva me transmiten su confianza. Creo que el club está contento con mi trabajo. Con Cordero estoy encantado y con Sanllehí tenemos una conexión estupenda. Estamos muy a gusto", decía Escribá antes de ganarle al Granada. Después, con un Zaragoza que en la segunda vuelta suma ya 19 puntos, el noveno mejor, sus acciones están al alza.