Marcelino recuerda a su amigo Luis Suárez: «Era el mejor del mundo»

El zaragocista Marcelino Martínez Cao, único delantero superviviente de la Eurocopa de 1964, rememora al mito gallego. «Tenía una retranca gallega que no veas», dice

Marcelino, en el centro en la fila de abajo, junto a Luis Suárez en la final de la Eurocopa de 1964. Carlos Lapetra es el primero por la derecha en la fila de abajo.

Marcelino, en el centro en la fila de abajo, junto a Luis Suárez en la final de la Eurocopa de 1964. Carlos Lapetra es el primero por la derecha en la fila de abajo. / SERVICIO ESPECIAL

«Pues se me han ido los cuatro delanteros, Amancio, Pereda, Lapetra y Luis. Me quedo de único representante de ellos. No me deben de querer con ellos ahí arriba. Son unos fenómenos y supongo que están allí arriba porque eran unas excelentes personas aparte de grandes futbolistas. Pero creo que a mí arriba no me quieren. No pasa nada, eh», dice desde La Coruña Marcelino Martínez Cao, leyenda del Real Zaragoza, mito de la selección española y, desde este domingo, único superviviente de la delantera que batió a la URSS en la final de la Eurocopa de 1964, la de la imagen de este texto, Amancio, Pereda, Marcelino, Luis Suárez y Carlos Lapetra.

«Era tan grande futbolísticamente como persona, era un monstruo. Por mí es como si estuviese aquí y como lo pienso, lo está. Como Lapetra, a veces lo pienso y hablo con él. Están conmigo. La mejor época deportiva y humana de mi vida fue con ellos», señala Marcelino a sus 83 años. Este domingo ha perdido a otro amigo, a otro compañero, cuya amistad compartían desde hace más de 60 años.

Nacieron a 14 kilómetros de distancia, 50 por carretera, Suárez en La Coruña, Martínez en Ares. El fútbol les unió desde muy jóvenes y les dio fama internacional con sus nombres de pila, porque siempre serán Luisito y Marcelino. «Luis me llevaba a mí cuatro años o así y le vi jugar en el Deportivo. Había jugado el Deportivo hacía un tiempo con una selección de Ares y un equipo de las Rías, yo tenía 14 años y lo conocí de aquellas, que él ya era una figura del fútbol. Me cayó fenomenal y desde entonces tuvimos una gran amistad», rememora Marcelino décadas después.

«Luego ya jugué contra él en el Barcelona, con el Inter. Cuando venía a Galicia lo veía porque antes venía mucho más, pasaba los veranos en La Coruña», continúa Marcelino, que compartió habitación con Luis Suárez en la selección. «Era un cachondo, tenía una retranca gallega que no veas. Me acuerdo de una anécdota. En aquella época se casó y estábamos concentrados en Madrid, en una finca, y él tenía novia pero se iba a casar, entonces cuando tenía una reunión me dejaba a mí el teléfono porque solo había un teléfono y el único que no tenía novia era yo y me dejaba a mí al teléfono una hora y pico hasta que venía de la reunión», rememora entre risas.

Luis Suárez era el mayor del grupo y, aunque el respeto y la cordialidad eran mutuos, el ascendente del gallego se hacía notar. «Como nos llevaba unos años era un poco el mayor pero no ejercía tampoco. Había una amistad enorme pero cuando decía una cosa seria le creíamos. No es que él impusiera nada pero le preguntábamos porque lógicamente le teníamos la consideración de que llevaba más tiempo que nosotros y era querido y admirado por todos. Como él admiraba a todos los compañeros», explica Marcelino.

Un monstruo

Como futbolista, la leyenda ha sobrevivido al paso del tiempo y Luis Suárez sigue siendo considerado uno de los grandes aunque sus goles quedaran en blanco y negro. «Se llevó un Balón de Oro, quiere decir que era el mejor jugador del mundo. Era centrocampista, tenía una visión de juego impresionante, pegaba al balón con las dos piernas, marcaba goles, tenía unos pases en profundidad increíbles. Era un monstruo del fútbol, una verdadera leyenda».

Un mito que traspasó la frontera del fútbol español y cobró toda su dimensión en Italia. «Era un fenómeno mundial. En aquellos momentos quizá era el jugador más famoso del mundo. Desde luego, cobraba mucho más que Pelé, que era un grandísimo jugador en la selección nacional pero el Santos no era un equipo no batible. Luis Suárez convirtió al Inter de Milán en el mejor equipo del mundo. De aquella fue el jugador mejor pagado y con el traspaso más caro. El Barcelona hizo una operación fatal porque, claro, fueron 25 millones (de pesetas) pero luego hizo dos veces campeón al Inter y el mejor equipo del mundo, en cuatro años ya lo habían amortizado», valora Marcelino.

El 9 del Real Zaragoza y de la selección mantiene vivo el recuerdo de Luis Suárez y todos los que ya se han ido. «No se ha ido, se ha quedado en nosotros, en nuestro corazón y en todo aficionado, todo aquél al que le guste el fútbol, que siempre se acordará de ellos. Ellos se quedaron en la historia, están aquí, siempre los recordaremos».