De la estabilidad a la revolución

La temporada solo ha consumido ocho jornadas pero en la trayectoria del Real Zaragoza hay claramente un antes y un después de Cartagena. No fue solo su último triunfo (1-3), sino también el día que perdió dos piezas claves y, con ellas la estabilidad. Hay un equipo reconocible y fijo antes de Cartagena y otro con múltiples cambios y variantes después, sin que Fran Escribá haya encontrado todavía la solución a sus problemas.

El Real Zaragoza comenzó la temporada como un tiro. Cinco victorias en las cinco primeras jornadas, lo nunca visto. Fran Escribá encontró su once tipo desde el inicio y lo mantuvo tres jornadas seguidas, algo que solo había hecho una vez en su etapa en el banquillo aragonés. Con Cristian inamovible, Gámez, Jair, Francés y Nieto mantuvieron la solidez en defensa, Aguado y Francho mandaban en el centro acompañados por Mesa y Toni Moya y arriba Bakis y Azón. 

El Zaragoza diésel sin Francho y la 'Valera-dependencia'

Introdujo su primer cambio en el duelo ante el Eldense, dando entrada a Valera por Toni Moya y consiguiendo así más desborde y regate por la banda. Pero en Cartagena todo fue distinto. Para empezar, el técnico se vio obligado a cambiar la alineación por las ausencias de Francés y Azón, ambos con la selección sub-21. Además, Francho no fue de la partida. Mouriño en la defensa, Bermejo y Manu Vallejo fueron las novedades en el once.

Pero en la primera parte cayó lesionado Carlos Nieto y, al final, Francho también acabó con molestias. A partir de ahí, Escribá ha ido moviendo las piezas intentando encajar el puzzle. Primero en los laterales, donde hasta cuatro futbolistas han actuado ya en cada uno de los costados: Gámez a pierna cambiada, Lecouche, que también ha tenido problemas físicos, Luna y Borge. Después en el centro, donde a la ausencia obligada de Francho se unió la suplencia de Aguado. Moya y Grau han estado a los mandos en los últimos encuentros.

Valera se ha quedado en el once, en el que ha ido entrando también Bermejo y en el que Maikel Mesa ha caído al lado izquierdo, donde su juego pierde mucho. Frente al Mirandés Fran Escribá cambió hasta de delantero. Bakis, el nueve de referencia que todavía no ha encontrado ni el gol ni su sitio en el equipo, dio entrada a un Sergi Enrich que se fue acelerando con el paso de los minutos hasta ser expulsado antes del descanso.

De la estabilidad a la revolución continua ha pasado este Real Zaragoza. De las victorias a las derrotas. Las lesiones interrumpieron el funcionamiento del plan A con el que Escribá acertó de inicio y el B continúa en pruebas en busca de que todas las piezas acaben encajando.