Real Zaragoza

El Real Zaragoza sin Francho: del todo a la nada

Con el canterano, el Real Zaragoza era líder con un pleno de victorias, pero desde que no está sus números son de descenso tras ganar un partido de siete. En principio, no se arriesgará y volverá ante el Oviedo

Francho se toca el escudo tras marcar en el debut liguero ante el Villarreal B.

Francho se toca el escudo tras marcar en el debut liguero ante el Villarreal B. / ÁNGEL DE CASTRO

Jorge Oto

Jorge Oto

La ausencia de Francho Serrano está siendo un problema excesivamente grave para un Real Zaragoza empeñado en demostrar que no sabe vivir sin él. De hecho, desde que el canterano no está, el equipo aragonés malvive inmerso en un sempiterno mar de dudas y preso de la inseguridad y la falta de autoestima que le han llevado a perder aquella identidad de la que presumía cuando el centrocampista aragonés aportaba su ingente dosis de carácter, personalidad y capacidad de sacrificio. 

Definitivamente, el Zaragoza ha pasado del todo a la nada desde que no está Francho, un futbolista que afronta la recta final de una rotura muscular que le va a mantener dos meses fuera de los terrenos de juego. Su vuelta, en principio, no se producirá en Burgos, aunque Escribá no descartó que pudiera estar disponible para el encuentro del lunes. Pero la recaída de Cristian Álvarez habría sido determinante para que el cuerpo técnico y los servicios médicos del club se inclinen por no arriesgar, asegurar una completa curación y cicatrización de la rotura y esperar una semana más para, de este modo, cumplir los plazos previstos y que Francho regrese para el siguiente partido en La Romareda, el lunes 6 de noviembre frente al Oviedo.

Así que todo apunta a que el técnico valenciano, en su momento más delicado desde que tomó las riendas del equipo, afrontará la compleja visita al Burgos, el mejor local de la categoría con cinco victorias y un empate en los seis partidos disputados en su feudo, sin su jugador fetiche. Porque poco queda de aquel Zaragoza en el que Francho ejercía de capitán general en uno los vértices laterales de un rombo que encajaba a la perfección. Sin él, el sistema ha ido cambiando aunque el Zaragoza sigue sin saber a qué juega.

Los números confirman la radical transformación de una escuadra que Francho dejó invicta tras enlazar cinco victorias consecutivas en las cinco primeras jornadas. El canterano, titular en todas ellas salvo la última en Cartagena, era pieza maestra en un engranaje bien engrasado que funcionaba a la perfección a base de solidez defensiva y dominio de las dos áreas. En esos cinco duelos , el Zaragoza firmó una impresionante hoja de servicios en las que el pleno de victorias se cimentaba sobre nueve goles marcados y solo uno (el logrado por el Cartagena en el 1-3 en tierras murcianas) en contra. Francho era, seguramente, el líder del líder, aunque eso se descubriría después.

La orfandad

Porque la lesión del aragonés en Cartagonova sumió en la orfandad a un equipo incapaz de paliar su ausencia al no disponer en la plantilla de un jugador de su perfil y características. Escribá repitió ante el Racing (el primero que se perdió Francho) la misma medular (Aguado, Mesa y Moya) utilizada frente al Cartagena, pero no funcionó y el 1-1 final advirtió de que se avecinaban tiempos difíciles. 

Y así fue. Partido a partido, el Zaragoza se fue cayendo. Grau entró en escena, Marc salió del once y Escribá se introdujo en un laberinto del que aún no ha conseguido salir. La medular zaragocista, edificada sobre el clásico 4-4-2 hasta hace un par de partidos, carecía de consistencia, despliegue y físico, seguramente, las principales virtudes de Francho, al que el zaragocismo echaba cada vez más de menos.

Y el resultado es elocuente. Sin el canterano, el Zaragoza tan solo ha ganado uno de los siete partidos que se ha perdido. Y fue en Andorra (0-1) donde el equipo aragonés firmó un partido nefasto a pesar de jugar durante casi todo el choque con un jugador más por expulsión del local Bover. En este tramo, los aragoneses han caído derrotados en cuatro ocasiones y han sumado dos empates para completar una puntuación de descenso con tan solo cinco puntos logrados sobre los 21 que se han puesto en disputa en ausencia del zaragozano. 

La producción ofensiva se ha visto seriamente deteriorada, ya que se han marcado únicamente seis tantos (cuatro de ellos en las dos últimas jornadas), pero el gran problema viene de atrás, ya que se han encajado diez, es decir, casi 1,5 por partido. Una ruina que expone con rotundidad que, sin Francho, el Zaragoza ha pasado del todo a la nada.