La opinión de Sergio Pérez

Víctor Fernández y la Recopa del siglo XXI para el Real Zaragoza

Víctor Fernández tiene por delante 15 meses frenéticos y claves para el futuro de la SAD en un contexto deportivo de máxima exigencia por estas dos malas últimas temporadas con la nueva propiedad, la carga de las nueve precedentes y un escenario difícil e incómodo, con el estadio previsiblemente en reconstrucción. Como sucedió en 1991 en la promoción contra el Murcia, con Víctor en el banquillo, el ascenso sembraría un germen que, seguro, daría nuevos frutos deportivos en el medio plazo.

Víctor Fernández, en el banquillo de La Romareda ante el Espanyol.

Víctor Fernández, en el banquillo de La Romareda ante el Espanyol. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Víctor Fernández tiene 63 años y su currículum está adornado con todo tipo de luces en más de tres décadas de carrera. Campeón de la Recopa con el Real Zaragoza en 1995 y de la Copa del Rey en 1994, ha ganado también una Intercontinental y una Supercopa de Portugal con el Oporto en 2004 o una Intertoto con el Celta en 2000. Es el cuarto entrenador con más partidos dirigidos en Primera de toda la historia en España sólo por detrás de Luis Aragonés, Javier Irureta y Miguel Muñoz.

Todas esas conquistas y una tanto o más importante, un fútbol muy bello desde el punto de vista estético en el equipo de su ciudad, tuvieron su origen en aquella promoción contra el Murcia en la que el Real Zaragoza aseguró su permanencia en Primera en junio de 1991. Ese partido cambió la historia del club aragonés y, por supuesto, la de Víctor Fernández. Todos sus protagonistas, incluido el técnico, coinciden en que allí comenzó todo y, en trascendencia, colocan ese día a la altura de la propia final de París, aunque seguramente eso sea mucho decir. Ciertamente, sin lo primero no hubiera habido lo segundo.

Ahora, mucho tiempo después de aquello, casi 29 años después de que un equipo de leyenda colocara a Aragón en la cima de Europa, algo de lo que varias generaciones de zaragocistas solo tienen referencia por las historias familiares o los vídeos de Youtube, Víctor Fernández volverá a intentar hacer algo de una dimensión también muy importante. Será la segunda vez después de la fallida temporada 19-20, la de la frustración y los errores tras la irrupción de la pandemia.

El entrenador tiene por delante 15 meses frenéticos y claves para el futuro de la SAD en un contexto deportivo de máxima exigencia por estas dos malas últimas temporadas, la carga de las nueve precedentes y un escenario difícil e incómodo, con el estadio previsiblemente en reconstrucción. De momento, su primera tarea debe ser poner el equipo a resguardo definitivo en esta temporada para evitar cualquier tipo de sustos. Ahora mismo, el Zaragoza suma 37 puntos y el decimonoveno, 30. La proyección del Villarreal B en la jornada 42 es de algo menos de 41 puntos. Aunque lo normal sería que esa cifra acabe siendo ligeramente más alta, la permanencia debería ser una tarea muy sencilla y el objetivo, superior a ese: mejorar el rendimiento de la plantilla y escalar el mayor número de puestos posible.

Luego llegará el verano y empezará la verdadera tarea para la que Víctor Fernández ha regresado. Junto a un grupo base de futbolistas que luego se hicieron legendarios, el técnico mantuvo al Real Zaragoza en Primera hace 33 años. Su misión ahora será similar, pero a la inversa: dar carpetazo a esta etapa en Segunda y lograr el hito de ascender al equipo después de 12 temporadas en el purgatorio. Como él dijo, ganar la Recopa del siglo XXI. Cerrar, además, un círculo personal, saldar una deuda consigo mismo y sembrar un germen parecido a aquel de 1991 desde otra perspectiva, pero cuyos frutos, seguro, se acabarían recogiendo en el medio plazo en forma de nuevas conquistas deportivas.