Una buena alimentación rica en proteínas y, sobre todo, hacer entrenamiento de fuerza es el verdadero secreto para tonificar el cuerpo y elevar el nivel de los músculos. Igual que en el caso de la pérdida de peso, hay ayudas, pero no milagros, y este caso no es menos. Trabajo, disciplina, constancia y perseverancia para conseguir buenos resultados.

A la vez que se realiza este tipo de entrenamiento también se pierde grasa, por lo que es muy beneficioso para el organismo, pero hay diversas opiniones sobre cuándo es mejor realizar el ejercicio físico, porque parece una cuestión baladí, pero tiene más importancia de lo que parece porque los resultados se maximizan.

Y los principales culpables son aspectos como los ritmos circadianos, la temperatura corporal o la testosterona, que tienen su incidencia en el nivel del entrenamiento y que harán decantar la balanza.

Mañana vs tarde

La hora perfecta, según diversos estudios, es sobre las cinco o las seis de la tarde. De hecho, se consigue una mejora de alrededor de un 3%, que quizá no sea una barbaridad, pero grano a grano se hace granero y si se entrena con constancia la diferencia es grande.

Los mayores protagonistas de esta afirmación son los ritmos circadianos, que son los cambios físicos, mentales y de metabolismo que sufrimos a lo largo del día.

Tiene que ver con los momentos de mayor grado de atención, de producción de testosterona, la secreción de melatonina, mejor velocidad de reacción, mayor coordinación, mejor presión sanguínea, entre otras muchas. Cada momento del día tiene su pico en algún aspecto biológico e influye también en el entrenamiento.

A esa hora la temperatura corporal es algo más alta que al punto de la mañana, cuando además el cuerpo no está especialmente despierto todavía, ya que necesita unas horas.

También influye el pico de testosterona, que se produce sobre esas horas, sobre las 5 o las 6 de la tarde. Esta hormona incrementa la síntesis de las proteínas, que son las principales culpables de aumentar la masa muscular, por lo que se evidencia una mejora.

Así que queda claro que por la tarde es el momento ideal para hacer entrenamiento de fuerza y que, por las razones que hemos contado, es mucho más recomendable que hacerlo por la mañana, porque el flujo sanguíneo y la temperatura corporal son menores, lo que acentúa también el riesgo de sufrir lesiones.