A la hora de perder peso pocos secretos hay. No hay que ponerse a hacer dietas milagro ni seguir planes que sean muy estrictos, no hay más que llevar una alimentación sana, equilibrada y variada, apostar más por las verduras, hortalizas y frutas, seguir métodos como la pirámide nutricional o el Plato de Harvard para saber qué alimentos deben ser diarios, semanales o esporádicos y aplicar algunos trucos.

Por ejemplo, el azúcar lo debemos desterrar lo máximo posible de nuestra dieta. Esa es una de las máximas, porque además de que se acaba acumulando en forma de grasa también nos genera adicción y, por consiguiente, más necesidad de tomar alimentos que no nos convienen. Por eso, quitarnos el azúcar y tomar más alimentos saciantes es una magnífica opción para ayudar a que esos kilos de más se pierdan definitivamente.

Una de las primeras cosas que se suele hacer es cambiar los refrescos normales y corrientes, que suelen estar llenos de azúcar, por los Zero o light ya que, como se puede ver en la misma etiqueta, no contienen calorías ni hidratos de carbono (el grupo en el que se encuentran los azúcares). Poco menos que parece que solo se toma agua con sabor.

Pero nada más lejos de la realidad, porque en verdad, según aseguran ciertos estudios, no son tan buenos como nos podemos imaginar y hay motivos para pensar ello.

¿Por qué no son tan buenos como se piensa?

Utilizan unos endulzantes artificiales que es verdad que no tienen nada de calorías, pero tienen un punto negativo y es que, según aseguran estos estudios, la adicción al dulce y la necesidad de consumirlo sigue intacta. El dulce llama al dulce, por eso el azúcar es tan dañino también, pero los endulzantes de los refrescos Zero y light generan un efecto parecido.

Es decir, podemos tomar un refresco de estas características y realmente no engordaremos, pero estaremos más cerca de equivocarnos porque después, por la propia necesidad creada en nuestro cuerpo, podemos "pecar" y consumir alimentos o bebidas que no nos vengan nada bien. Ahí reside el problema.

Ahora bien, hay muchas personas que es verdad que han bajado de peso y de manera significativa cambiando los refrescos azucarados por los Zero o light, pero también otras a las que no les ha ido tan bien.

Por ello es mejor apostar por bebidas quemagrasas, sin calorías y que aceleren el metabolismo como por ejemplo los tés o los cafés, así como el agua.