Máquina del tiempo
Zaragoza vuelve a los 60
La moda ‘vintage’ incrementa las ventas de los artículos de colección en los anticuarios de la ciudad En las tiendas de fotos hay lista de espera para adquirir carretes
Una colección de cromos de fútbol de los años 80, un vinilo de los Beatles o cámaras de fotos retro son algunos de los artículos que más demanda tienen en las tiendas de antigüedades de Zaragoza. Lo vintage está de moda y los comercios de artículos vetustos viven uno de sus mejores momentos gracias al fenómeno fan.
Ser friki ha cambiado su significado, siendo ahora mucho más connotativo de lo que lo era hace unos años atrás. El mundo del fandom es muy amplio y se dilata a todas las generaciones: «Los objetos de los años 20, 40 y, sobre todo, de los 60 son los más solicitados», señala Ramón Gajón, encargado del negocio familiar de Antonio Gajón Antigüedades, situada en la plaza de Los Sitios en Zaragoza.
Ramón achaca este auge por lo vintage a una corriente nostálgica muy presente en la actualidad. «A la tienda acuden muchos clientes en busca de juguetes de su infancia», asegura el vendedor. Una morriña que ha revolucionado el mercado de las antigüedades. «El 50% de los compradores son jóvenes, aunque sigue viniendo gente mayor, pero en su mayoría son coleccionistas de juguetes que añoran su infancia», insiste.
Ese apego y cariño hacia los artículos con los que se criaron los usuario tiene que ver con que «hoy en día los juguetes que se venden son estéticamente muy bonitos, pero la queja general es que no son prácticos», apunta Ramón.
Nostalgia anglosajona
El inicio de esta moda por lo vintage y el coleccionismo empezó «por el 2014», recuerda el encargado, que considera que el motivo tiene su origen en Estados Unidos y la cultura anglosajona. «En estos países ya estaba de moda lo vintage hace más de 50 años y, como ha pasado siempre, nuestra sociedad lo ha calcado», señala.
Un calco que se ha potenciado gracias a la evolución de internet. «Ahora, con las nuevas tecnologías, los compradores tienen acceso a páginas webs extranjeras donde pueden encontrar y pujar por artículos de colección exclusivos», señala Ramón.
La gama de precios de estos productos es algo que depende única y exclusivamente de los clientes. «Como en las subastas públicas, al ser objetos con múltiples interesados los precios varían según lo que ofrece cada uno y el mejor postor se lo lleva», añade.
125 euros por las raquetas de Lili Álvarez
Así, unas raquetas de Lili Álvarez, la primera mujer tenista, rondan los 125 euros. «Un precio bastante acertado teniendo en cuenta que es un producto único. Pero si por ejemplo sale a la venta una camiseta de un futbolista famoso de los años 80, los fans pueden inflar su precio hasta lo que consideren», continua. Las cantidades pueden variar desde los 100 euros hasta los 3.000 euros «o más, todo depende del precio que se fije en el mercado en ese momento. Depende de la situación y es todo muy aleatorio».
En la calle del Aiun, El desván del Indi también ha notado este aumento de ventas en juguetes, cromos y artículos de colección antiguos. «En su mayoría son productos de los años 60 y 80, épocas nostálgicas en la actualidad», señala el encargado de la tienda.
Vuelven las fotos con carrete
En las tiendas de fotografía también han notado la vuelta de las viejas costumbres. «Es verdad que al principio, cuando surgió lo digital, la gente dejó a un lado lo analógico. Pero ahora los clientes, sobretodo la gente joven, se ha dado cuenta de que teniendo todas las fotos en su móvil pueden acabar perdiéndolas», señala Elena Jiménez, encargada de Lamont, tienda situada en la calle José Luis Albareda.
Entre las grandes demandas en estos comercios destaca la compra de carretes de cámaras antiguas. «Tenemos una lista de espera de clientes que piden este tipo de productos o incluso químicos y cubetas para revelar», señala Pilar Pérez, responsable de zona en Fotoprix Zaragoza.
De las tazas a los cojines personalizados
La nostalgia inunda los comercios fotográficos donde «los clientes que vienen piden principalmente álbumes de fotos personalizados. Es lo que más éxito tiene», señala Pérez. Las tazas personalizadas o los cojines con una foto de la abuela con los nietos son también grandes demandas en estos establecimientos. «A la gente le gusta enseñarle a sus mayores recuerdos, es un detalle que genera mucha ilusión», añade la responsable de Fotoprix.
Las tradicionales fotos del DNI (Documento Nacional de Identidad) siguen siendo el producto estrella en las tiendas de fotografía. «Es nuestro mayor producto de venta y nos genera un gran margen de beneficio», asegura Pérez.
Eso sí, «es una costumbre que va a cambiar», apunta Jiménez. Hace un par de años, desde las comisarías comunicaron su intención de comenzar a ofrecer este servicio. «La idea está bien, pero está complicado que puedan disponer de una infraestructura necesaria para las fotos. Ya lo intentaron hace años pero la calidad de las imágenes no era suficientemente buena», explica Pérez.
El cambió llegará, «no será fácil, pero lo hará», asegura. Un paso adelante que tienen en mente los comercios fotográficos y, por ello, «nos vamos reinventando y adaptándonos a los cambios que pide la sociedad. En Fotoprix ya lo hicimos al crear una página web para hacer frente a las Apps de impresión de fotos que ahora tienen tanto éxito», menciona la responsable de tienda.
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