Combinar y moverse, claves para lograr la eficiencia

Desde hoy y hasta el próximo 22 de septiembre Europa celebra una nueva edición de la Semana de la Movilidad. Una iniciativa que surgió en 1999 y que se puso en marcha por primera vez un año más tarde. Zaragoza, igual que otras muchas ciudades y municipios aragoneses, se une a la celebración de su vigésimo tercera edición, para la que, como cada año, tiene preparadas una serie de actividades para todos los públicos. Además, el 22 de septiembre se celebra El día sin coches, origen de esta iniciativa europea, que pretende encontrar nuevas soluciones a los problemas asociados al aumento del tráfico en las ciudades. 

Porque la Semana de la Movilidad busca llegar y sensibilizar a los ciudadanos y también a los responsables políticos sobre las consecuencias negativas del uso irracional del coche en la ciudad mientras pone de manifiesto los beneficios de usar modos de transporte más sostenibles como el transporte público, la bicicleta y los desplazamientos a pie. 

Desde hace muchos años, España lidera la participación en la Semana Europea de la Movilidad. Solo hay que fijarse en las cifras ya que en 2022, de los 2.989 municipios europeos que participaron, 489 fueron españoles; y 2.092 de ellos implementaron medidas permanentes. 

Mucho por hacer

Este 2023 el tema elegido por la Comisión Europea es la eficiencia energética, una cuestión que está a la orden del día y que se ha visto acentuada por la crisis energética mundial que ha puesto de manifiesto la necesidad de cambiar esos malos hábitos en cuanto a movilidad. Así que, queriendo poner el foco en este aspecto, el lema que se ha elegido para éste y los próximos años es: ¡Combina y muévete! 

En consonancia con este lema y con los objetivos generales de la Semana Europea de la Movilidad, se propone a las instituciones fomentar la movilidad sostenible, promover el transporte activo y crear ciudades más habitables. Una tendencia que hace años que viene siguiendo ya Zaragoza y otras ciudades aragonesas del entorno metropolitano, cuyos efectos positivos ya se dejan ver aunque aún hay mucho por hacer. 

Y es que existen distintas formas de garantizar que nuestros hábitos de movilidad contribuyan a estas iniciativas colectivas. De hecho, basta con seguir estos cinco consejos: utilizar el transporte público como los autobuses o el tranvía; mantenerse activo y optar por itinerarios a pie o en bicicleta que además de ahorrar energía mejoran la salud física y mental; disminuir el número de desplazamientos innecesarios en coche optando por comprar en el barrio o compartir vehículo; y cuando no nos queda más remedio que utilizar el vehículo privado, reducir la velocidad ya que reducir la velocidad 10 Km/h puede disminuir la factura de combustible hasta 60 euros al año. 

Lograr la eficiencia energética es importante para la movilidad urbana por muchos motivos. Así, el incremento de los costes de los carburantes para usuarios y empresas contribuye a generar mayor pobreza energética; porque un porcentaje elevado de los presupuestos municipales se invierte en transporte público, y porque la invasión rusa de Ucrania ha subrayado la necesidad de reducir la dependencia del petróleo ruso y apostar por fuentes de energía sostenibles para avanzar hacia una Europa neutra en carbono para 2050.