ECONOMÍA

"Destrozará la productividad española": la patronal del gran consumo carga contra la reducción de la jornada

La medida estrella del pacto de coalición entre Sumar y el PSOE solivianta a los grandes distribuidores y fabricantes de España-

El presidente de AECOC, Javier Campo, en el 38º Congreso de Gran Consumo de esta asociación.

El presidente de AECOC, Javier Campo, en el 38º Congreso de Gran Consumo de esta asociación. / AECOC (CEDIDA)

El Periódico de Aragón

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Aragón fue este miércoles un epicentro de ataques a la medida estrella del pacto de coalición entre el PSOE y Sumar, que recoge la reducción de la jornada laboral semanal de 40 horas a 37 y media. La patronal de los fabricantes y los distribuidores en España (Aecoc), que reunió entre ayer y el pasado martes a 1.200 directivos del sector en Zaragoza en su 38 Congreso, cargaron con dureza contra la bajada porque «destrozará» la ya de por sí baja productividad de la economía española, que a su juicio se está convirtiendo en un «mal endémico».En términos menos beligerantes se expresaron desde las organizaciones empresariales y los economistas aragoneses, que llamaron al diálogo social aunque apuntaron que «no es el momento oportuno».

Javier Campo, presidente de Aecoc, explicó que la productividad de España es un 24% más baja que la de la Eurozona y que es «cada vez más complicada», en una senda que «va a destrozar la competitividad» de la economía española. También detalló que España cuenta con 1,1 millones más de trabajadores que en 2019, pero que se trabajan las mismas horas en total. Las causas de esta realidad están en que muchos de estos empleos son del sector público, otros son de tiempo parcial y además entre 400.000 y 500.000 se han generado «para afrontar el absentismo laboral», indicó.

Medida intervencionista

También criticó la deriva y la polarización de la política española que imposibilitan los grandes consensos «mínimos» que a su juicio necesita el país para afrontar los desafíos actuales, para un sector que no se ha recuperado de la covid y no lo hará hasta 2025, vaticinó. «Por desgracia, con la división permanente no puede salir nada bueno», recalcó.

ambién en contra de la posible reducción de la jornada laboral se mostró el presidente nacional de Cepyme, Gerardo Cuerva, que calificó la medida como «intervencionista» porque «resta a los empresarios capacidad de decidir» sobre sus propios negocios. Cuerva mostró su contrariedad y rechazo a un Gobierno que «pone a las empresa en la diana y no en el centro y legisla sin medir las consecuencias». «Esta medida conlleva una subida salarial implícita y un coste asociado para las empresas que están sin levantar cabeza y con unos márgenes cada vez más ajustados», valoró el presidente de Cepyme. El problema afectaría mucho más a las pymes porque «la pérdida de la productividad está provocando una dificultad en las empresas para mejorar sus procesos».

Por último, Cuerva, lamentó el «ninguneo y la instrumentalización de las mesas de negociación colectiva como hace el Gobierno de España en función de intereses partidistas y de un escenario cortoplacista». 

La Cámara

Por otro lado, el secretario general de la Cámara de Comercio de Zaragoza, José Miguel Sánchez aseguró «no ver mal» una reducción de la jornada laboral, pero siempre vinculada a un aumento de la productividad del que tiene dudas que se pueda producir. Eso sí, para Sánchez es una condición imprescindible que los acuerdos que se tomen en el seno del diálogo social, entre las organizaciones empresariales y sindicales. Así lo aseguró en la presentación del Informe Económico de Aragón respecto al acuerdo programático alcanzado entre el PSOE y Sumar, que incluye una reducción de la jornada labora máxima legal de forma progresiva desde las 40 horas semanales vigentes a las 38,5 horas en 2024 y a las 37,5 en 2025.

Sánchez insistió en que esas decisiones se deben pactar en el seno del diálogo social y en función de cómo evolucione la economía, al tiempo que echó en falta, en ese acuerdo entre el PSOE y Sumar, reformas estructurales de la economía española, cuando «será inevitable» tomar medidas, y la Unión Europea obligará a ello para reducir el déficit público.

En el mismo acto, Marcos Sanso, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, explicó que «reducir las horas de trabajo manteniendo los salarios genera efectos a corto plazo como el incremento del desempleo y el descenso de producción». Sanso puso como ejemplo el caso de Francia con la reducción de la jornada a 35 horas y afirmó que ahora «no es el momento oportuno». «Es una medida inflacionista», subrayó, dejando claro que no la ve positiva en el corto plazo aunque no descarta que en un futuro se pueda llevar a cabo y también la ligó a un aumento de la productividad por hora.