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El aeropuerto de Zaragoza remonta el vuelo y ratifica su recuperación en tráfico de carga

El aeropuerto cerró el año con un crecimiento del 2,2% y dejó atrás la caída libre del primer semestre tras encadenar 14 meses perdiendo tráfico de mercancías

La Cámara de Comercio ve una oportunidad para crecer en el sector farmacéutico, la agroalimentación y el conflicto en el mar Rojo

Avión de Vueling en el Aeropuerto de Zaragoza en una imagen de archivo

Avión de Vueling en el Aeropuerto de Zaragoza en una imagen de archivo / ÁNGEL DE CASTRO

Fue 2023 un año ciclotímico para el aeropuerto de Zaragoza, que se sobrepuso a una caída libre en sus cifras a comienzos de año para remontar el vuelo en el segundo semestre y anotar 129.753 toneladas, un 2,2% más que el año pasado y la sexta mejor marca de su historia.

La pista de Garrapinillos rubricó un buen cierre de año que, a pesar de quedar lejos de las grandes marcas de los años 2019 (récord exportador de Inditex) o 2021 (la crisis de suministro durante el covid lastró a aeródromos como Barcelona y reforzó el de la capital aragonesa), marca la senda a seguir en un año en el que Zaragoza llegó a ser desbancado de la tercera posición del ránquin del gestor de infraestructuras aéreas AENA por el aeropuerto de Vitoria. A ello contribuyó haber encadenado 14 meses perdiendo tráfico de mercancías como consecuencia de la guerra de Ucrania.

Solo Madrid-Barajas –inalcanzabe con 643.534 toneladas transportadas– y El Prat –movió 27.000 más que Zaragoza– vuelven a quedar por encima de la capital aragonesa en un año en el que los aeródromos de AENA crecieron rozando el 8%. Bien es cierto que muchos pierden volumen de carga (Vitoria, Valencia o Tenerife), pero las sensaciones positivas para Zaragoza vienen precisamente porque la tendencia al cerrar al año es al alza.

Lo cierto es que el devenir del aeropuerto de Zaragoza está en las manos de Inditex, que mueve más del 80% de las mercancías totales del complejo para distribuir la ropa y complementos de su macroalmacén logístico en Plaza. De ahí esas fluctuaciones que ahora parecen haberse resuelto y que suponen «unas buenas cifras» para los empresarios aragoneses.

Es lo que defiende Diego Artigot, el responsable del área de transporte y logística de la Cámara de Comercio de Zaragoza, al subrayar que esas caídas mensuales de hasta el 32% a principios de año se han solventado con «un notable cambio de tendencia» que arroja optimismo. «Por un lado , el aeropuerto de Zaragoza sigue siendo el número uno de España en movimiento de mercancías en cargueros puros, ya que Madrid y Barcelona mueven mucha carga en las bodegas de los aviones comerciales. En segundo lugar, vemos muy interesante el potencial que todavía tiene el aeropuerto, ya que en los últimos años han venido muchas empresas del comercio electrónico y del sector farmacéutica cuya producción es muy susceptible de moverse por aire. A ello debe sumarse el pujante sector agroalimentario, muy importante en Aragón, que mueve productos perecederos y podría subirse al avión», explica Artigot.

Catar, el mejor socio

La pista de Garrapinillos encontró su mejor socio comercial un año más en Catar, con quién alcanzó un volumen de mercancías transportadas de 35.647 toneladas, un 19,8% más que en 2022. Aunque el segundo puesto es para México (16.497 toneladas), llama poderosamente la atención el creciente volumen de negocio con China gracias a la reapertura del comercio internacional después de la pandemia. El país del dragón y la ciudad del Ebro conectaron por aire 13.783 toneladas, un 81% más que el año previo y 8.000 más que en 2019, y la nación centroasiática se impuso a los pesos pesados de los últimos años, como Emiratos Árabes, Estados Unidos o Arabia Saudita.

Es también subrayable la recuperación del tráfico con Corea del Sur, pues el tráfico comercial se incrementó en un 1.279% hasta entrar en el top 10 de conexiones con Zaragoza al mover 2.664 toneladas, muy lejos todavía de las 7.871 que recibía en 2019 el aeropuerto de Incheon.

El margen de mejora para Zaragoza podría sostenerse además en que sale más carga de la que entra a la pista de Garrapinillos. Es decir, que los aviones que aterrizan se van con las bodegas llenas pero no vienen con ellas completas. Lo demuestra el hecho de que en 2023 se hayan importado 53.349 toneladas de carga por las 76.524 que se han exportado. Por ahí se podría abrir una ventana como solución «muy coyuntural, sobre todo como apoyo», dice Diego Artigot, para los sucesivos problemas que aborda lalogística internacional, ahora en jaque por los ataques de los guerrilleros hutíes en el mar Rojo.