EL CONFLICTO EN ORIENTE PRÓXIMO

La masacre de Gaza tras los ojos de un palestino aragonés: "Mientras los vecinos sopesaban volver, bombardearon nuestra casa"

Mussa'ab Bashir narra a este diario cómo el ejército israelí derribó su hogar familiar el pasado 2 de diciembre

El periodista palestino, afincado en Aragón desde 2019, vivió la tragedia desde Ejea de los Caballeros, a más de 3.500 kilómetros

El hogar de la familia Bashir en Gaza, antes y después de ser derruido el pasado 2 de diciembre.

El hogar de la familia Bashir en Gaza, antes y después de ser derruido el pasado 2 de diciembre. / EL PERIÓDICO

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Una hora. Ese fue el tiempo que transcurrió desde que la familia Bashir avistó los primeros tanques a 800 metros de sus casas en Deir al-Balah, al sur de la franja de Gaza, hasta que escucharon un estruendo que lo cambió todo. En tan solo un instante, el ejército israelí bombardeó por el aire el bloque de pisos donde residía la familia, y tan solo la «suerte», en la acepción más generosa del término, evitó que el desastre fuese aún mayor. Uno de los cuatro hermanos que la componen, Mussa’ab, vivió desde Ejea de los Caballeros con angustia y resignación 60 minutos que fueron dramáticos.

«Ese día, los israelís habían empezado su ofensiva para circunvalar la ciudad vecina de Jan Yunis. Vimos por las imágenes que nos iban mandando nuestros familiares y amigos cómo los tanques iban acercándose a nuestra casa», narra Mussa’ab, que reproduce con resignación el testimonio que les llegó tras el ataque: «Los vecinos salieron de sus casas y se alejaron de la zona. En un momento dado, los tanques empezaron a alejarse poco a poco, y barajaron volver a sus domicilios. Mientras decidían qué hacer, bombardearon nuestra casa, que fue la única afectada».

3.600 segundos en los que el trabajo de toda una vida se desplomó como un castillo de naipes. «En la zona sur de Palestina, cuando el padre de familia tiene un trozo de tierra edifica su casa. Luego, cuando sus hijos se emancipan, van construyendo sus pisos encima», describe Mussa’ab, que explica que, del bloque derruido, uno de los pisos le pertenecía a él y los otros cuatro a sus hermanos y a sus padres. «Menos mal que estaba vacía en ese momento», suspira, mientras recuerda como un colega que trabaja en 'Al Jazeera' perdió a más de una veintena de personas que había acogido en su casa, entre las que se incluían varios familiares. «Al bombardear por el aire, y no por artillería, se demuestra que fue a propósito», concluye Mussa’ab, periodista de profesión, que además asegura que el ejército israelí «no avisó a nadie» del ataque.

Ahora, su familia ha tenido que dispersarse por la franja de Gaza, aunque las opciones a donde ir son muy limitadas._«Quedan pocos sitios a los que acudir. De hecho, tan solo hay dos localidades (Deir al-Balah y Jan Yunis), que juntas no suman ni 115 kilómetros cuadrados, pese a que en estos momentos acogen a 1,9 millones de personas», subraya Mussa’ab, que señala varias razones por las que su familia no puede siquiera plantearse venir a España y huir de la masacare: «No hay ninguna vía administrativa para sacarlos de ahí, porque los visados son prohibitivos. En mi caso, la primera vez que quise venir a España de visita, me lo denegaron hasta en tres ocasiones porque decían que la información no era fiable».

El periodista palestino Mussa'ab Bashir.

El periodista palestino Mussa'ab Bashir. / EL PERIÓDICO

Y es que Mussa’ab también vivió en sus propias carnes la represión israelí, cuando estuvo en diferentes cárceles durante más de cuatro años por militancia política en el Frente Popular para la Liberación de Palestina, la segunda organización más grande de la Autoridad Nacional Palestina tras Fatah. Por ello, el palestino anima a la gente a seguir manifestándose, con la postura de Pedro Sánchez como mejor ejemplo. «Sánchez dijo lo que dijo casi mordiéndose la lengua, pero lo hizo por la presión de la calle. En España ha habido tasas de manifestaciones muy superiores a algunos países, y esa presión surte efecto», argumenta el periodista palestino.

En cambio, y pese a todas las circunstancias que sigue sufriendo, de forma directa, a día de hoy, Mussa’ab no pierde la esperanza de cara al futuro. «Soy optimista», dice, mientras reivindica la creación de un «Estado democrático laico socialista, en el que puedan convivir hebreos y árabes bajo una nueva bandera que los represente a todos, con la condición del regreso de los refugiados a las casas de las que fueron expulsados por los colonos. Y ese país se llama Palestina». ¿Incluiría ese nuevo Estado a los judíos que viven en Palestina? «Por supuesto. Quien nace en Palestina, es ciudadano natural de Palestina»

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