Aragón roza su récord con un turismo que avanza en calidad

La comunidad acaricia en 2023 su mejor dato de viajeros con un 22% de clientes extranjeros

La rentabilidad de los hoteles marca los mejores registros desde el año 2008

Un grupo de turistas se hace una foto en la plaza del Pilar.

Un grupo de turistas se hace una foto en la plaza del Pilar. / ANGEL DE CASTRO

Aragón avanza en su apuesta por un turismo de calidad, alternativo a la oferta de sol y playa de las regiones costeras. El sector saca pecho y cierra uno de los mejores años en términos cuantitativos, pero también cualitativos. La comunidad recibió un total de 3.559.746 viajeros en 2023, a falta de conocer la información del mes de diciembre, una cifra que mejora notablemente respecto al año anterior y que recupera el nivel previo a la pandemia. Todo hace indicar que se superará el registro récord de 2019, cuanto se contabilizaron 3.810.445 visitantes. El peso económico de esta actividad es también creciente, con una aportación cada vez mayor en términos de empleo y producto interior bruto (PIB).

A pesar de los buenos resultados cosechados, la tierra de Goya y Buñuel tiene todavía por delante un gran potencial de crecimiento como destino de interior en las diferentes facetas en las que destaca, desde la cultura, el patrimonio y la naturaleza hasta la gastronomía, los deportes de aventuras o las escapadas rurales. Una oferta diferencial que se exhibe estos días en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), epicentro de la industria mundial de los viajes, que se inauguró ayer en Madrid.

La atracción de público extranjero es una de las claves para mejorar el posicionamiento del sector turístico de la comunidad autónoma. El pasado año fueron 780.968 los viajeros internacionales que recalaron en Aragón –a falta de contabilizar el dato de diciembre– para conocer sus rincones más bellos y singulares. Un estudio basada en la posición de los teléfonos móviles, realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), eleva esta cifra por encima del millón de visitantes –en concreto, 1.068.891–, un 23% más que en el mismo periodo de 2022 (869.588). 

Formas de viajar

Por tipo de alojamiento, los hoteles acaparan tres cuartas partes de los viajeros. El pasado año fueron 2.830.926 los turistas que eligieron estos establecimientos en Aragón, un 4,9% más que en 2022 (2.698.508), pero la cifra no llega a superar el récord anotado en 2019 (2.970.900), según los datos de Coyuntura Turística Hotelera publicados ayer por el INE, que en este caso sí recoge el balance del ejercicio entero. El crecimiento entre los clientes procedentes del exterior fue mayor, con un 13,4% más hasta 599.929, lo que supone un 21% de total de huéspedes. Las pernoctaciones también subieron un 2,8% respecto a la anterior campaña, hasta 5.605.425.

Un indicador clave en el sector turístico para medir la evolución real del negocio y de la rentabilidad es el ingreso por habitación disponible (RevPar), que sirve para calibrar tanto precios como ocupación. Los hoteles aragoneses elevaron este índice en 2023 hasta los 70,2 euros de media, la cifra más alta desde 2008, el año de la Expo de Zaragoza. El dato mejora un 5,7% el registro del año pasado (66,4 euros) y supera en un 18,5% el nivel del 2019 (59,2), el ejercicio previo al estallido de la pandemia.

En cuanto al resto de la oferta de alojamientos de la comunidad, a falta de contar los datos de diciembre, 464.077 viajeros se alojaron en campings (un 6,3% más), 171.782 en apartamentos turísticos (un 6,9% menos); 207.192 en alojamientos de turismo rural y 92.256 en albergues.

Las pernoctaciones totales de los establecimientos turísticos de la comunidad rozaron los 8 millones (7.994.061) en el acumulado de los once primeros meses de 2023, de manera que se superan las alcanzadas a esa altura del año en 2019 (7.730.388) y en 2022 (7.842.250), año que también supuso un hito histórico en la comunidad en esta variable.

La oferta de los alojamientos de Aragón está formada por 964 hoteles, hostales y pensiones que suman 45.965 plazas; 111 campings con capacidad para 12.028 personas, 2.168 apartamentos con 9.010 plazas y 1.790 viviendas de turismo rural con 13.973 plazas. Estos tres últimos segmentos son los que han experimento un mayor crecimiento en los últimos años, mientras que el primero mantiene un nivel similar. El sector aporta casi el 10% del PIB autonómico y da empleo a 41.348 personas con datos hasta noviembre de 2023, lo que representa el 7% del total de afiliados a la Seguridad Social.

A pesar de los notables datos que ha obtenido la comunidad aragonesa en los últimos meses, desde el Gobierno de Aragón insisten en la idea de conseguir «un turismo íntegro de calidad y sostenible». Así lo asegura el Director General de Turismo y Hostelería, Jorge Moncada. «Aragón tiene mucha potencialidad y se tienen recursos suficientes para ser puntero. Hay que seguir promocionando la comunidad», afirma un Moncada que, mirando al futuro, tiene claro dos retos en los que hay trabajar para seguir mejorando las cifras en Aragón: el turismo deportivo y el de negocios. «Hay que buscar nichos de mercado que puedan dar beneficios a la comunidad», subraya.

Peores sensaciones

Precisamente más acciones de promoción reclaman también desde el turismo rural aragonés, que, a pesar de mantener el tipo, comienza a sufrir las consecuencias de la mayor oferta turística olvidada ya la pandemia. Sin ser sus datos malos, Jesús Marco, presidente de la Federación Aragonesa de Turismo Rural (Faratur), advierte un cambio en la tendencia de los viajeros. «Si en los últimos años se buscaba un turismo más seguro y más tranquilo que claramente nos benefició, ya desde 2022 y también en 2023 la gente busca otras cosas. En especial sol y playa», analiza Marco. Un tipo de turismo que Aragón no puede ofrecer pero, según considera el presidente de Faratur, sí que se puede competir. «A los turistas les apetece lo que ven en la tele y en las redes sociales. Tendríamos que tener más facilidad para vendernos», añade.

Otro factor por el que Marco considera que el turismo rural aragonés «no está para tirar cohetes», o por lo menos no tanto como puede parecer analizando las cifras es la situación económica: «La gente quiere viajar y lo sigue haciendo, pero mira mucho el bolsillo y trata de gastar mucho menos».

Suscríbete para seguir leyendo