CAMPUS PÚBLICO

La Universidad de Zaragoza saca a licitación un pliego "más atractivo" para gestionar el comedor del Pedro Cerbuna

La institución académica tramita por la vía de urgencia un nuevo contrato y el objetivo es que el servicio pueda estar adjudicado "en tres o cuatro semana"

De momento, los 256 estudiantes del colegio mayor, que pasarán a abonar una cuota de 225 euros al mes, tendrán que comer en las cafeterías de las facultades

Protesta de los residentes del colegio mayor Pedro Cerbuna la semana pasada.

Protesta de los residentes del colegio mayor Pedro Cerbuna la semana pasada. / Jaime Galindo

Judit Macarro

Judit Macarro

Tras dos reuniones informativas con los estudiantes y dos meses de "gestiones", la Universidad de Zaragoza ha firmado este miércoles un contrato de urgencia para la licitación de un nuevo pliego "mucho más atractivo" para la gestión del comedor del colegio Mayor Pedro Cerbuna, según ha confirmado a este diario la vicerrectora de Estudiantes y Empleo del campus público, Ángela Alcalá. El objetivo es adjudicar el servicio "en tres o cuatro semanas" a una empresa y poder reabrir el comedor "lo antes posible", ha dicho Alcalá.

A la espera de resolver ese contrato, por el momento los estudiantes tendrán que comer en las cafeterías de las facultades mediante un bono de 6,50 euros al día. Eso sí, el campus ha confirmado, tal y como adelantó ayer EL PERIÓDICO, que la cuota mensual se va a reducir de 775 euros a 225 euros como contraprestación al cierre del comedor. "De este modo, con los 550 euros restantes puedan pagarse la manutención fuera del colegio", ha asegurado Alcalá.

Como solución "temporal", la universidad ha ampliado el horario de la cafetería en el colegio mayor donde "los alumnos podrán desayunar por un precio medio de 2,50 euros", según la vicerrectora. Además, pondrán a su disposición los electrodomésticos necesarios para que puedan seguir comiendo en el espacio del comedor, como neveras y microondas.

Para las cenas, la situación se complica un poco más. "Les hemos ofrecido la posibilidad de que contraten un cáterin por su cuenta para aquellos que lo deseen, ya que es una parte del servicio que muchos de ellos a veces no realizaban en el comedor", apunta Alcalá. Esta medida, según alumnos de la residencia, es "un parche" que no les convence. "Tendremos que tirar de precocinados o de buscarnos la vida en algún bar hasta que el problema se solucione", han indicado varios estudiantes.

Una de las grandes quejas por parte de los usuarios de esta residencia es «la falta de información» que han recibido sobre el asunto. «Nos informaron del problema a falta de una semana de que cerrara el comedor, sabiendo que la licitación estaba desierta desde el 22 de diciembre», han criticado algunos de los residentes. Una actuación por parte de la Universidad de Zaragoza que se suma a «el desconocimiento que han tenido nuestras familias sobre todo lo relacionado a el colegio», han añadido.

Desde el campus público defienden su forma de actuar y aseguran que todo el procedimiento llevado acabo ha sido «por el bien de los estudiantes», ha señalado Alcalá. «Los alumnos se encontraban en periodo de exámenes y, por su bienestar académico, decidimos que lo mejor era esperar al 22 de enero para avisarles, día en el que finalizaron las pruebas de este cuatrimestre», ha argumentado la vicerrectora.

Sobre el contacto con las familias, Alcalá ha asegurado que «ya hemos mandado un informe sobre todo el asunto a los padres y madres a través de los alumnos. Consideramos que, al ser mayores de edad, son con los estudiantes con quienes tenemos que hablar», ha defendido Alcalá, quien ha argumentado que «únicamente hemos recibido quejas por parte de diez familias de los 256 alumnos del centro», ha dicho.