Movilidad

Los trabajadores de Plaza, entre la resignación y el egoísmo

Los viajeros tienen ya muy normalizados los problemas de circulación y, aunque valoran positivamente el transporte público, reconocen que prefieren seguir utilizando sus propios coches.

"Cuando hay atascos, la gente se despista con el móvil y hay golpes muy tontos", aseguran

Varios camiones, repostando en una de las gasolineras de Plaza

Varios camiones, repostando en una de las gasolineras de Plaza / Miguel Ángel Gracia

Arturo Pola

Arturo Pola

Tras las vacaciones de Semana Santa, la normalidad ha regresado esta semana a la Plataforma Logística de Zaragoza. Y eso, en el recinto logístico, es equivalente a mucho ajetreo, muchos trabajadores, mucho viaje de ida y vuelta y, por consiguiente, mucho tráfico. La lenta circulación en las inmediaciones de los distintos polígonos es un clásico durante las horas punta del día, una circunstancia que, en los peores días, conlleva atascos y es recibida con resignación por buena parte de los conductores y con grandes dosis de paciencia.

«Es que no queda otra. De nada sirve quejarnos. Estamos más que acostumbrados», comenta Ricardo, trabajador de la empresa Manpower, que reposta su vehículo antes de comenzar su jornada laboral. «Yo sufro más los atascos cuando hago el turno de tarde», subraya un zaragozano que asegura que, en los peores días, ha llegado a tardar «prácticamente una hora y media» para salir de Plaza y llegar a su domicilio en el centro de la capital aragonesa: «Últimamente estoy teniendo más suerte, pero me extraña como hay tanta variación en los tiempos, si al final a trabajar tenemos que venir todos siempre».

Dos trabajadores, en una cafetería de Plaza

Dos trabajadores, en una cafetería de Plaza / Miguel Ángel Gracia

El agua puede ser uno de esos factores, ya que cuando llueve los conductores extreman la precaución y esa disminución de velocidad impacta directamente en el ritmo de la circulación. «Y ya no te digo si por lo que sea hay un accidente», apunta Miguel Bayarte, un camionero que trata de evitar al máximo posible sus visitas al recinto logístico, «pero hay veces que no queda otro remedio si tienes clientes que trabajan aquí», recalca.

El riesgo de ir lento

Precisamente, los accidentes más habituales en Plaza se producen por la baja velocidad. «Cuando estás todo el rato arrancando y parando la gente se despista con el móvil o con lo que sea y hay muchísimos golpes tontos», explica el camionero.

Aunque es complicado, una de las soluciones por las que optan los que se desplazan diariamente hasta aquí es el de tratar de evitar las horas punta. En ese caso, los camioneros autónomos lo tienen más fácil que los trabajadores que van por turnos, aunque alguno se las ingenia para ello. En esas ocasiones, muchas veces la solución está en las cafeterías y restaurantes. «No me puedo quedar porque no me lo puedo permitir a diario, pero lo ideal sería, dependiendo del turno, hacer una comida en algún bar de aquí. Tengo comprobado que eso es mucho más rápido que coger el coche nada más salir de trabajar», asegura José Luis, empleado de Inditex. El joven señala que, cuando le coinciden los horarios, se turna al volante con un par de compañeros, aunque descarta el transporte público «por tiempos y pereza». «Igual suena egoísta, pero mi tiempo vale dinero», dice entre risas.

Lo que no tiene reparos en reconocer es que el nuevo autobús de línea que va a Plaza (y vuelve) ha mejorado en parte la circulación por los polígonos. «La verdad es que se nota, pero yo creo que más que pensando en el tráfico se ha hecho para dar la posibilidad de venir a trabajar a las personas que no tienen coche y no tienen otra forma de llegar hasta aquí», reflexiona José Luis. Una opinión similar a la que expresan la gran mayoría de los trabajadores de Plaza, a los que, a pesar de la congestión y de los atascos, les cuesta renunciar a sus propios vehículos, algo que choca frontalmente con, a la espera de la nueva entrada, la posibilidad de que esta situación cambie en el corto plazo. 

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