MÚSICA

Crítica de Javier Losilla: Pony Bravo y los puntos cardinales

La banda facturó un concierto que solo a medias mostró su potencial artístico en Las Armas

La banda Pony Bravo actuó el viernes por la noche en Las Armas de Zaragoza.

La banda Pony Bravo actuó el viernes por la noche en Las Armas de Zaragoza.

Javier Losilla

Javier Losilla

“Los cuatro puntos cardinales son tres: sur y norte”. Tan singular paradoja geográfica procede del ingenio del poeta chileno Vicente Huidobro, uno de los iniciadores del movimiento estético conocido como creacionismo. Y el grupo sevillano Pony Bravo bien podría reducir a uno los sentidos que orientan su desarrollo musical: el sur. Pero ojo, un sur reformulado en el que confluyen ecos de latitudes diversas y músicas próximas que han sido y son. Esa mirada desde el medio día hace única a la banda, peculiaridad a que contribuyen, no poco, unas letras que, dinamitan con gracia el tópico, reparten irónica leña y describen surrealistas situaciones.

El viernes, Pony Bravo actuó en Las Armas, donde facturó un concierto que solo a medias mostró su potencial artístico. Digamos que la primera mitad, en la que prácticamente era imposible escuchar los textos de las canciones, el grupo se dejó llevar por la molicie, por esa dejadez también sureña. Fue el tiempo de piezas como 'Pumare-ho!', 'Noche de setas', 'Relax y rolex', 'La niña de fuego' (revisión muy personal de la zambra popularizada por Manolo Caracol), 'Locamente', 'El rayo' (con letra de una bulería popular), 'Yerba mala' y 'El mundo se enfrenta a grandes peligros'.

Cambio en la segunda parte

Algo cambió con 'El político neoliberal', y el tránsito continuó con 'Casi nazi', 'Rey Boabdil', 'Totomami' (¿inspiró este título al más tardío 'Motomami' de Rosalia?) y los bises 'Ibitza', 'La rave de Dios' y 'Mi DNI'. Aun con reparos, esta segunda parte de la velada dio más la medida de lo que Pony Bravo puede ofrecer. Anotemos también en el haber, los provocadores visuales que ocasionalmente se proyectaron y el hecho de que la formación incluyera en el el repertorio composiciones de sus cuatro álbumes: 'Si bajo de espaldas no me da miedo', 'Un gramo de fe', 'De palmas y cacería' y 'Gurú'.

“Recorrí la antigua Bética donde los poetas habían situado la felicidad", escribió Chateaubriand en 'El último abencerraje'. El viernes, a lomos de Pony Bravo, la travesía nos deparó una satisfacción demediada.