APUNTES AL MARGEN

Legalización o Bukele

Alfonso Alegre

Alfonso Alegre

La pasada semana una narcolancha embistió a una patrullera de la Guardia Civil, asesinando a dos agentes. Se ha hablado mucho de la diferencia de medios de que disponen narcos y guardias civiles. Sin embargo, a mi modo de ver es mucho más significativo otro detalle de lo ocurrido: los que veían el espectáculo y jaleaban las embestidas de la narcolancha, entre risas y vítores por el resultado. La droga es posiblemente el negocio que tiene mayores márgenes de beneficio del mundo, y con dineros, chufletes. El diario El País publicaba hace un par de años lo que cobraba cada una de las personas implicadas en un desembarco de droga en el estrecho. Las remuneraciones por cada desembarco oscilaban entre los 3.000 € por acarrear fardos en la playa y los 60.000 € del piloto de la lancha. Insisto, esto es por cada viaje. Estas remuneraciones dan idea del dinero que se mueve y de la gente que se puede contratar en unos casos o comprar en otros. Ha habido sonados casos de agentes de aduanas, guardias civiles o policías vinculados con el narcotráfico, e incluso importantes políticos como la alcaldesa de Marbella. Es decir, el narco tiene un poder exagerado que le permite comprar y corromper. El filósofo Thomas Hobbes (El hombre es un lobo para el hombre) explicó que es necesario un monopolio del poder, porque de lo contrario, lo que existe es un estado de guerra constante. La mejor alternativa en mi opinión es que ese poder lo ostente un Estado democrático. Sin embargo, los narcos retan ese poder poniendo en jaque a los estados, como hemos visto en Ecuador o México, pero también en Holanda donde la heredera al trono ha tenido que esconderse por las amenazas de la Mocro Maffia. ¿Y qué se puede hacer? Existen dos opciones: o bien darle mucho más poder al Estado o bien quitarle poder al narco. La primera alternativa es la aplicada por Bukele en El Salvador y desde luego no se puede negar que funciona, pero implica un alto grado de arbitrariedades, abusos y violencia. Ya veremos si Bukele no acaba siendo un dictador. La otra opción es que el narco no pueda pagar los dinerales con los que contrata y corrompe.

Eso solo es posible si se le quitan los enormes beneficios que tiene su negocio, es decir, legalizando y regularizando las drogas bajo monopolio exclusivo del Estado. Puede que ninguna de las dos opciones guste, pero la tercera opción es imitar a los holandeses y que Leonor no pueda comer hamburguesas en El Tuno porque tenga que estar escondida.

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