La opinión de Sergio Pérez

El 'chollito' Simeone y la planificación de Cordero

Giuliano Simeone celebra su magnífico gol al Leganés.

Giuliano Simeone celebra su magnífico gol al Leganés. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Acababa de marcar uno de los goles de la temporada en La Romareda, y en toda la Liga en la categoría, y de recibir como merecida recompensa una ovación atronadora del estadio cuando Fran Escribá decidió sustituirlo justamente para eso: para que este pequeño ídolo fuera reconocido tras un gran partido, encumbrado con un tanto para el recuerdo al Leganés. A pesar de ello, a pesar de ser el protagonista indiscutible del día, Giuliano Simeone estaba sereno.

Dentro del campo, el Cholito es un ciclón incontenible, todo nervio, furia y energía. Fuera, baja el ritmo y habla con un aplomo muy argentino. Ante los micrófonos, el delantero se restó méritos y los compartió con el equipo en un ejercicio que lo define perfectamente. Detrás de ese diablo capaz de endemoniar defensas hay un chico de 20 años con una gran educación deportiva y unos códigos personales sólidos que lo elevan todavía más: se comporta con solidaridad y una muy sana humildad.

Giuliano había zarandeado la tarde con un gol de bandera que había dado alas al Real Zaragoza en un encuentro que ni siquiera había salido de los más bajos fondos hasta entonces. Volando, el equipo terminó la jornada con ocho puntos de renta sobre el descenso y un vale de mucha tranquilidad para la semana del partido de El Alcoraz.

El Cholito había vuelto a demostrar a los incrédulos que es un chollito. Un jugador que está todavía haciéndose, con un presente ya muy consistente y con un futuro profesional extraordinario gracias a unas espléndidas condiciones futbolísticas y a una ética de trabajo ejemplar.

Por obra y gracia de Simeone, el Zaragoza ganó unas cuantas vidas en una sola jornada y puede mirar hacia adelante con una calma mayor. Toda paz es bienvenida. En el futuro es donde está el futuro del club. En el futuro que está empezando a construir Juan Carlos Cordero (la renovación de Jair ha sido su primera medida oficial) y en el que ojalá pudiera permanecer Giuliano. Este diario ya se lo contó hace varias semanas: al Zaragoza le encantaría que siguiera aquí un año más si el punta no da el salto a Primera. Eso sí sería una sinergia que agradecer al Atlético, la principal puerta corredera por la que fluyen las relaciones con la nueva propiedad. La continuidad de Simeone sería un lujo para el equipo. Un chollito.