La opinión de Sergio Pérez

El picotazo de Bebé, el vuelo de Cristian y López Toca

Los jugadores del Real Zaragoza felicitan a Bebé tras el 0-1.

Los jugadores del Real Zaragoza felicitan a Bebé tras el 0-1. / ÁNGEL DE CASTRO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

La figura de Muhammad Ali trascendió en la historia por su capacidad de rebeldía personal, por su valentía, por su intensa actividad social en una generación, la que le tocó vivir, muy difícil para alguien de raza negra y por su extraordinaria influencia como icono en la lucha antirracista. Como deportista está considerado el mejor boxeador de todos los tiempos. Sobre el cuadrilátero destacaba por una tremenda velocidad de reflejos, tanto en sus movimientos de piernas como con los puños. Volaba como una mariposa, picaba como una abeja.

En El Alcoraz, el Real Zaragoza se pasó los primeros 26 minutos durmiendo el encuentro, madurándolo que dirá quien quiera verlo desde otro prisma. En ese tiempo, su producción ofensiva había sido inexistente y la del Huesca, menor también. Solo un disparo de Obeng al palo. En el minuto 27, sobre el campo empezó a soplar un intenso cierzo procedente del valle del Ebro. Pulido se autoexpulsó después de protagonizar una dura entrada por detrás al tobillo de Giuliano con los tacos por delante.

López Toca acertó y le mostró la roja directa al capitán azulgrana. En la acción siguiente, trenzada con mucha paciencia, llevando el balón de un lado a otro, Gámez mandó un centro al corazón del área que Ratiu despejó mal y Bebé lo aprovechó para hacer el 0-1 con un soberbio golpeo seco. El Zaragoza había volado por el partido como una mariposa, sin estar, y acababa de picar como una abeja. Un picotazo de Bebé.

Tres minutos después, el fútbol cumplió otro de sus tópicos. La etérea ley de la compensación. López Toca expulsó a Zapater después de una entrada peligrosa con la pierna en altura y también con los tacos por delante. Eso sí, en nada comparable a la anterior de Pulido. Esta vez, castigo excesivo. El encuentro volvió a equilibrarse en la jugada previa al descanso. Cristian Álvarez voló de manera defectuosa, despejó mal un disparo de Ratiu desde fuera del área y Obeng, excelente incorporación de Ángel Martín González en el mercado de enero para el Huesca, puso las tablas, estando más rápido y pillo que nadie.

La segunda parte fue prácticamente un combate nulo, con pocas cosas destacables más allá de dos extraordinarias manos de Cristian: en la primera evitó que Obeng embocara el 2-1 y en la segunda desactivó un magnífico zurdazo de Florian Miguel que iba hacia adentro. Al final, un punto más para cada equipo, que a ninguno saca de pobre ni catapulta hacia ningún sitio, acaso a seguir purgando en lo que resta de Liga para cumplir objetivos de mínimos. Un derbi con poco fútbol y, eso sí, mucha polémica.