La opinión de Sergio Pérez

El sí a Fran Escribá, un acierto del Real Zaragoza

Raúl Sanllehí confirmó públicamente el martes la continuidad del valenciano. Es una buena idea darle el mando del proyecto 23-24. El Zaragoza tiene entrenador. Ahora habrá que darle mejores futbolistas

Fran Escribá, en el banquillo de La Romareda antes del partido contra el Granada.

Fran Escribá, en el banquillo de La Romareda antes del partido contra el Granada. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Este diario les contó la semana pasada los pormenores de la decisión del Real Zaragoza de mantener a Fran Escribá en el banquillo para la próxima temporada. El martes, Raúl Sanllehí, que fue quien lo fichó en ese periodo que hubo de transición en la dirección deportiva, confirmó públicamente la continuidad del entrenador para el curso futbolístico 23-24. De este modo, la SAD ya tiene consolidados en abril los tres pilares sobre los que sustentará una nueva intentona de ascenso la próxima campaña, salvo asombroso milagro en estas seis últimas jornadas. El triunvirato Sanllehí-Cordero-Escribá dirigirá el destino deportivo del club.

La continuidad del técnico valenciano es acertada desde muchos puntos de vista. Numéricamente, su mini-temporada desde noviembre, momento en el que relevó a Juan Carlos Carcedo, merece un notable: 31 puntos en 21 partidos, una vuelta completa, el séptimo mejor de la categoría en ese espacio de tiempo, casi de playoff y el más en forma de Segunda en el último mes y medio, justo cuando ha recuperado piezas clave en ataque y los efectos de su trabajo han empezado a verse en todo el largo del campo.

Tácticamente, Escribá ha intervenido en el equipo donde podía hacerlo cuando las bajas de Azón y Mollejo mermaban las posibilidades en ataque. El Real Zaragoza viene siendo un bloque consistente atrás, serio y defensivamente trabajado desde hace muchas jornadas. Con el regreso del nueve, el bagaje ofensivo también ha crecido y el equipo ha ganado electricidad, verticalidad, capacidad para crear peligro y más gol. Escribá ha doblado la producción realizadora de Carcedo: de 0,6 de media a 1,2.

Individualmente, el entrenador ha conseguido dar con la mejor versión de un buen puñado de jugadores. Son muy significativos los casos de Francho, Bermejo o Nieto. No solo ellos, también Bebé, que encajó desde el principio, Lluís López, Jair, el último Gámez y, por supuesto, Giuliano, el hombre del año. A Zapater le exprimió su jugo. Como a Mollejo antes de caer en combate.

Emocionalmente estamos ante un hombre preparado. Calmado, con control y una personalidad serena pero fuerte, capaz de hablar al futbolista en un tono adulto y de dirigirse a la masa social de manera valiente, nada infantil ni huidiza. Escribá es transparente y marca territorio desde el sosiego. Cuando se ha equivocado, que lo ha hecho varias veces, ha ejercido de sabio rectificando donde y ante quien debía. Entrenador con un recorrido importante en España, conocedor del camino que lleva al ascenso, con buen gusto por el fútbol, veterano pero todavía fresco, ágil mentalmente, es una buena idea darle el mando del proyecto 23-24. El Zaragoza tiene entrenador. Ahora habrá que ficharle mejores futbolistas.