La opinión de Sergio Pérez

Bakis, las verdades de Cordero y la verdad del Real Zaragoza

El director deportivo dijo una verdad como un templo: "Vender un ascenso en julio es una mentira". Tan verdad como que la exigencia sobre el Real Zaragoza va a aumentar en la temporada 23-24 después de un año malo en el estreno de la nueva propiedad

Juan Carlos Cordero, en el palco de La Romareda en el partido contra el Granada.

Juan Carlos Cordero, en el palco de La Romareda en el partido contra el Granada. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Utilizando la web de LaLiga como soporte, Juan Carlos Cordero puso voz la semana pasada a sus más sustanciales intenciones para el futuro del Real Zaragoza, del que será el principal arquitecto. El director deportivo desgranó los trazos gruesos de la que va a ser su política. Se podrían resumir así: la creación de una gran familia en el club, con el mejor ambiente y el mejor equipo de trabajo posibles; una confianza absoluta en Fran Escribá como entrenador y como cooperador a la hora de la confección de la plantilla en sus nombres, perfil y modelo; prioridad absoluta para los fichajes de futbolistas en propiedad y pocos cedidos, aunque diferenciales, y la incorporación en verano de jugadores con experiencia en Segunda que equilibren un grupo joven. Todo con una meta final, que el equipo sea fuerte defensivamente, reciba pocos goles y en ataque tenga velocidad y descaro.

Esas son las líneas maestras sobre las que Cordero tiene pensado levantar el proyecto del Real Zaragoza 23-24, en el que viene trabajando desde el mismo momento en el que se cerró la pasada ventana de enero. Un equipo para cuya construcción podrá destinar un límite salarial mayor al de la temporada en curso y con un desafío grande por delante: llevar al club hasta la Primera División, un objetivo fallido durante las últimas diez campañas. Sobre este particular, el director deportivo se manifestó de modo muy precavido. Fijó el objetivo en estar entre los ocho o diez mejores durante la Liga para, al final, pelear por algo importante. Fue ahí donde dejó la frase del día: “Vender un ascenso en julio es una mentira”.

La declaración de intenciones de Cordero es clara: el próximo Zaragoza tendrá más oficio, más veteranía y poso. Sabedor del nivel cualitativo que tendrá la Segunda División el próximo curso, con los rivales que se queden por el camino en junio y la fuerza de los que bajen de Primera, el director deportivo prefirió nadar y guardar la ropa para no quedar encerrado en la celda de sus propias palabras, como en su día le sucedió a Miguel Torrecilla. Profundo conocedor de la categoría, con gusto futbolístico, el club está ahora mismo en manos de un ejecutivo de nivel. Este diario les ha informado de sus primeras importantes intenciones: Rubén Yáñez y Simon Bakis. El rumbo es el adecuado.

En su intervención, que hasta ahora ha tenido escasas porque la SAD ha decidido que así fuera, Cordero marcó una dirección sensata y dijo muchas verdades. De modo deliberado obvió otra que, quiera o no, le revoloteará constantemente encima de su cabeza. Después de un primer año malo con la nueva propiedad, en el segundo la exigencia deportiva va a aumentar de manera inevitable. La verdad es que al Real Zaragoza 23-24 se le va a pedir que esté en la pelea por el ascenso y, por supuesto, que ascienda.