Entrevista | EXJUGADOR DEL REAL ZARAGOZA (2019-2023)

Vigaray: "Me voy con la deuda moral de lo que pude aportar sin las lesiones"

El lateral madrileño muestra su agradecimiento al club y a la afición y hace balance de cuatro años que "me han marcado mucho y me han llenado". Después de dos temporadas lastrado por sus problemas en las rodillas, no tiene dudas: “Me veo jugando, estoy convencido de ello y con la ilusión además intacta”

Vigaray, durante un entrenamiento de la pasada temporada en el Zaragoza.

Vigaray, durante un entrenamiento de la pasada temporada en el Zaragoza. / JAIME GALINDO

54 partidos en cuatro años, dos primeras temporadas de presencia y nivel y dos siguientes marcadas por su grave lesión en la rodilla. ¿Con qué sensaciones cierra esta etapa en el Real Zaragoza?

Con un sabor agridulce claramente porque me habría gustado jugar mucho más, tuve una lesión muy importante de la que me recuperé y en esta última temporada no he podido disputar los minutos que quisiera. Y en lo grupal también el sabor es muy similar porque el objetivo del Zaragoza solo puede ser ascender y no se ha podido lograr en estos cuatro años. 

Su primera temporada aquí, en la 19-20, fue en la que mejor nivel dio y en la que más cerca se estuvo de lograr esa meta con aquel ascenso que frena la pandemia.

Esa campaña para mí fue muy bonita, en lo colectivo y en lo personal, porque pude disfrutar jugando casi todo el año y al equipo le salía todo. Tanto Lalo Arantegui como Víctor Fernández pusieron su confianza en mí para que llegara al club y creo que se hicieron muy bien las cosas, fue un infortunio no subir porque se daba todo entonces para volver a Primera.

"Fue un infortunio no subir en la temporada del covid. La inercia era muy buena y después del parón encadenamos varios resultados malos. Al equipo no le faltó actitud ni nada por el estilo, pero es cierto que físicamente no estábamos al 100%"

Con la perspectiva del tiempo, ¿qué falló en ese parón? Un equipo que era segundo con 5 puntos de renta, lanzado y con inercia positiva y en el retorno se tira todo a la basura en 11 jornadas.

Es fútbol y tiene ese componente imprevisible. La inercia era muy buena y después del covid encadenamos varios resultados malos. Al equipo no le faltó actitud ni nada por el estilo, pero es cierto que físicamente no estábamos al 100% y eso se notó, porque además los partidos pasaron a ser cada tres días. Y jugar con el estadio vacío para el equipo con más abonados y empuje social pues también fue muy perjudicial. Con nuestra gente en el campo y la dinámica era todo idílico y no se nos hubieran escapado cinco partidos seguidos en casa. Y en el playoff pasaron cosas extrañas, que no pudieran jugar Luis Suárez y Puado, algún lesionado… Se juntaron demasiadas adversidades.

En la 20-21 sin embargo el equipo pasa a pelear hasta el final por no bajar en un año muy duro. Del día a la noche en pocos meses.

Esa temporada fue de un nivel de estrés mental tremendo, es que en diciembre llegamos prácticamente muertos, todo el mundo nos daba por descendidos. La llegada de JIM fue clave, cambió el chip, el equipo se unió, hubo mucho compromiso a través del diálogo y empezamos a sacar partidos sobre todo en casa para salir adelante en un momento tan duro. Y no es sencillo, solo hay que ver lo que le ha pasado este año al Málaga o hace poco al Deportivo, que piensas en que hay tiempo y van a salir y no son capaces.

Al final de esa temporada es cuando empieza su calvario en la rodilla derecha, con esa lesión de cartílago.

En los últimos dos o tres meses jugué con la rodilla muy hinchada, pero el cuerpo y la mente me pedían aguantar, hacer ese esfuerzo. Así lo sentía por el compromiso hacia el equipo y por sacar esa situación tan complicada. Cuando acabó la temporada hicimos una resonancia y no pensaba que iba a ser tan grave, porque el dolor no era demasiado. Con el diagnóstico viví una situación difícil, porque sabía que iba a estar mucho tiempo fuera, gracias a Dios en la medicina se ha avanzado y para esa lesión me dieron en Madrid una solución y una esperanza a las que me tenía que agarrar. El fútbol es mi vida, me encanta y tenía que luchar con todas mis fuerzas. La rodilla, a día de hoy, está perfecta.

"El día del diagnóstico de la lesión en la rodilla lloré mucho, pero solo entonces. Después, en ningún momento pensé en la retirada. Era joven, había tenido otras lesiones y salí de ellas y mentalmente soy muy fuerte"

¿Cuántas veces en ese tiempo sin jugar que superó ampliamente el año se le pasó por la cabeza la palabra retirada?

Pues en ningún momento, la verdad. Era joven, había tenido otras lesiones y salí y mentalmente soy muy fuerte. El día del diagnóstico lloré mucho, porque era un dictamen muy duro para asumir, pero solo entonces fue el único momento para las lágrimas. Desde el día siguiente la mentalidad fue ir a por ello, sacarlo, sabía más o menos los plazos y no se retrasó la recuperación en ningún momento, lo que también ayuda mucho en el aspecto anímico.

Su nivel en el primer curso aquí permitía hasta decir que era el mejor lateral en Segunda y las lesiones, musculares en los dos primeros años, y esta de rodilla le frenaron. ¿Hasta qué punto pensaba en ese lastre, en maldecir tanto infortunio?

Siempre que caes lesionado piensas en esa mala suerte que estás viviendo. Por la mente se te pasa pensar en dónde habría acabado sin tantos problemas físicos, es inevitable. 

"No se puede saber hasta dónde podia haber llegado sin tanta lesión. Las cosas pasan y la vida es también superar adversidades. Asumo lo que soy y lo que he tenido y estoy muy orgulloso, de hecho, de mi comportamiento entre tanta adversidad"

¿Y dónde habría acabado con su nivel futbolístico?

Es que esa pregunta no tiene respuesta, no se puede saber. Las cosas pasan y la vida es también superar adversidades. Asumo lo que soy y lo que he tenido, antes me preocupaba más y le daba más vueltas, pero ahora no. Estoy muy orgulloso, de hecho, de mi comportamiento entre tanta adversidad. Por mantener la ilusión, por el deseo de sentirme de nuevo protagonista en un equipo como fuente para no bajar los brazos.

¿Qué significa el Zaragoza en su carrera deportiva?

Cuando fiché llegaba de Primera, del Alavés, y la gente me decía si era un paso atrás al ser una categoría inferior. A mí el Zaragoza me ha marcado mucho, muchísimo, porque desde el primer día he sentido cariño, de la afición y de la gente del club, y eso me ha llenado, me ha hecho crecer como persona y jugador. Volvería a repetir esta experiencia sin ninguna duda, este es un club grande y vivirlo desde dentro te hace comprobar esa exigencia y la responsabilidad que supone defender ese escudo. 

"El Zaragoza me ha marcado mucho, me ha llenado. Volvería a repetir esta experiencia sin ninguna duda, este es un club grande y vivirlo desde dentro te hace comprobar esa exigencia"

¿Se va con la deuda moral del no haber podido dar mucho más por culpa de las lesiones?

Me voy así, sí. Esa deuda moral es total, para mí ha sido el mayor quebradero de cabeza, porque podría haber dado tanto sin esas lesiones… De hecho, cuando he podido jugar, incluso en esta última temporada que solo tuve dos partidos con unos pocos minutos, salí con esa ilusión de disfrutar y de aportar, defendiendo la camiseta hasta el final como el que más. 

En sus palabras no deja de mostrar ese agradecimiento hacia el club, pero usted también lo ha demostrado de otras formas. Hace un año accedió a rebajar su salario para que el Zaragoza ganase en margen salarial y el acuerdo para su salida ahora ha sido muy sencillo en esa parte económica.

Es que el compromiso con el club me nació desde que llegué y es mi forma de ser. En ningún momento ha habido ningún problema por ahí. La entidad siempre ha tenido el objetivo de ayudarme y ese sentimiento es recíproco, porque yo no he pensado en otra cosa que no fuera en dar lo mejor de mí.

¿Siente que la afición del Real Zaragoza es muy exigente?

Sí lo es, pero eso a los jugadores nos tiene que venir bien y no ser algo negativo. La exigencia te debe llevar a tu mejor versión, jugar en este club no es cualquier cosa y esa presión a mí me motivaba, me hacía sacar lo mejor de mí. Este club y su afición no te permiten relajarte y eso me gusta, para mí es algo que tiene que ayudar al jugador, que debe saber convivir con eso y aprovecharlo.

Diez años ya en Segunda y la undécima temporada será la que comience en agosto para un club acostumbrado a Primera. ¿Por dónde pasa volver?

Creo que Zapater lo dijo muy bien en su despedida, sus palabras son las ideales. Hay que mirar solo a cada partido, ir cumpliendo objetivos, llegar cuanto antes a los 50 puntos para mirar más arriba, valorar cada punto que se logre, no pensar que un empate es un paso atrás… Y, claro está, trabajar mucho y bien para esa meta.

"Creo, espero y deseo que el Zaragoza volverá pronto a Primera. Este club, por su gente, por los que están ahí y por su historia, no se merece tantos años en Segunda"

¿Volverá el Zaragoza pronto a Primera?

Creo, espero y deseo que sí. Este club, por su gente, por los que están ahí y por su historia, no se merece tantos años en Segunda. 

¿Qué le parecen los pasos que se están dando? Va a haber un cambio importante en la plantilla, se ha fichado a Maikel Mesa y van a llegar también Bakis y Lecoueche y algunos más, la continuidad del entrenador…

Para mí que siga Fran Escribá es muy importante, porque como cualquier entrenador que continúa en su puesto al cambiar la temporada tiene ya las bases de conocimiento asentadas para empezar ese proyecto. Creo que se está fichando con muy buen criterio y mi sensación es que va a ir muy bien.

 ¿Y a Vigaray cómo le va a ir?

Pues espero que muy bien también. Mi deseo es volver a disfrutar del fútbol sobre el césped, tener esos partidos para sentirme importante y contar con la confianza que tanto necesitamos para dar nuestro mejor nivel.

"Me encuentro muy bien físicamente. Acabé la temporada con la sensación de haber podido jugar mucho más, porque me sentía bien, los compañeros me lo decían y Andrés Ubieto me repetía que he vuelto mejor"

Le quedan muchos días de fútbol pues…

Yo estoy convencido de eso. Me encuentro muy bien físicamente, de la última lesión en la otra rodilla me he recuperado bien y estoy trabajando mucho este verano para estar al máximo. Yo acabé la temporada con la sensación de haber podido jugar mucho más, porque me sentía muy bien, los compañeros me lo decían, el readaptador, Andrés Ubieto, que ha sido una persona clave para mí, también me repetía que he vuelto mejor. Yo a día de hoy solo me veo jugando, con toda la ilusión intacta para ello además.

¿Tiene alguna preferencia en el destino, en su siguiente club, si en España o en el extranjero?

Estamos hablando y hay varias cosas sobre la mesa. Mi idea es ir a un equipo en el que pueda volver a sentirme futbolista, que sea aquí o fuera es secundario, no cierro las puertas a nada.