La actualidad del Real Zaragoza

La valentía tiene su reflejo

El Real Zaragoza de Víctor remata en cuatro encuentros casi el doble de veces más que el de Velázquez en los tres últimos partidos del técnico, donde selló su despido 

Toni Moya celebra el gol que marcó el sábado en el Ciutat de València.

Toni Moya celebra el gol que marcó el sábado en el Ciutat de València. / LALIGA

La mayor agilidad ofensiva que lleva el Real Zaragoza en los cuatro partidos con Víctor es notoria a simple vista, porque el equipo llega más y de manera más peligrosa que lo que vivió en la decadencia final con Velázquez, en los tres últimos encuentros con el entrenador vallisoletano, donde el fútbol abandonó por completo a un equipo totalmente plano en ataque y sin capacidad apenas para inquietar a los rivales. En los duelos ante el Villarreal B, el Amorebieta y el Valladolid, donde firmó su carta de despido, el Zaragoza no solo no marcó sino que su promedio de remates fue de 6,66 por partido, una media que casi se dobla, hasta los 12, en los 4 encuentros con Víctor. La diferencia es pues más que ostensible.

El reloj se le terminó de parar al Zaragoza de Velázquez en la dolorosa derrota ante el Cartagena, que se quedó con 10 al final de la primera parte y que fue capaz de anotar el 1-2 por medio de Fontán con el tiempo ya casi cumplido del choque cuando Francés había puesto la igualdad unos minutos antes. En ese partido, con hasta 20 remates, 8 córners y hasta 51 centros, el Zaragoza fue el vivo ejemplo de cómo atacar mucho y mal.

Sin embargo, en las tablas sin goles ante el Villarreal B la producción se paró, con solo siete remates, uno a puerta, por los ocho frente al Amorebieta (0-1), con cuatro entre los tres palos y con la derrota con la falta que mandó a la red Morcillo con el tiempo cumplido. En Valladolid, con Amath de ejecutor en el 2-0, la falta de propuesta llegó a su cénit, con solo 5 remates, tres entre palos, para que en esos tres últimos partidos de la era de Velázquez el Zaragoza, además de no marcar, solo hiciera 20 remates (6,66 de media), ocho de ellos a portería (2,6).

Cambio notable

Anunció Víctor a su llegada que su Zaragoza no iba a ser cagón y cualquiera que conoce al entrenador del barrio Oliver sabía que no iba de farol y que su equipo iba a pisar el área rival con más peligro y más veces que antes de su llegada por cuarta vez a La Romareda. Ya en el estreno ante el Espanyol (0-1) la mejoría se hizo palpable, con hasta 14 remates, dos de ellos a puerta, incluido el que Pere Milla le sacó a Francés cuando el balón ya se colaba. Contra el Mirandés llegó el partido más pobre hasta el momento en ataque, con 10 intentos, tres de ellos a portería, y ninguno con verdadera sensación de peligro para que el Zaragoza acumulara su quinta cita seguida sin marcar, un registro que igualaba otros históricos, en la 21-22 con JIM y en la 90-91 con el propio Víctor.

La eficacia llegó ante el Tenerife, un partido de 11 remates, seis de ellos a portería, y tres dianas para frenar la sequía zaragocista con los tantos de Francés, Azón y Maikel Mesa. Mientras, ante el Levante, con 13 disparos, cogiendo seis de ellos puerta, el Zaragoza lució el golazo de Toni Moya, pero a Andrés lo probaron también Francés, Azón y, ya en la segunda parte Maikel Mesa y Bakis, teniendo la mejor oportunidad Liso, en un disparo que bloqueó Dela y que apuntaba a hacer una diana que hubiera sido el 1-2 y el pasaporte a un triunfo que mereció el equipo zaragocista. Así, son 48 disparos en 4 choques, lo que da 12 de media. Entre los tres palos han sido 17 y 4,25 de promedio.

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