Zaragozeando

La Posada de las Almas: Un refugio de ilustres a la espera de salir del olvido

Acceso a La posada de las Almas, en la calle San Pablo, 22.

Acceso a La posada de las Almas, en la calle San Pablo, 22. / MARÍA MUÑOZ

Iván Trigo

Iván Trigo

Es uno de los muchos edificios históricos desaprovechados de Zaragoza y por su historia es quizá uno de los ejemplos más dolorosos. La Posada de las Almas, en la calle San Pablo, a la altura de los números 20-22, lleva 15 años cerrada a cal y canto y sin dar cobijo a los viajeros que recibió durante más de 300 años. Abierta en 1705, hoy el edificio –de propiedad privada– acumula polvo pese a lo imponente de su fachada mientras los vecinos del Gancho se han acostumbrado ya a pasar por delante sin la posibilidad de cruzar sus puertas.

Un refugio de ilustres a la espera                    de salir del olvido

Un refugio de ilustres a la espera de salir del olvido / MARÍA MUÑOZ

Fue en el año 2009 cuando la posada, la última de su especie en la ciudad, cerró debido a la imposibilidad de mantener las instalaciones en regla intentando compatibilizar los usos del edificio con el cuidado del patrimonio y la normativa en materia de seguridad y prevención de riesgos. En 2010, los propietarios del inmueble llegaron a proyectar una reforma para convertir la vetusta posada en un hotel de 4 estrellas. Pero no hace falta más que acercarse a la calle San Pablo para comprobar que el plan no fraguó.

Y es una lástima, porque los turistas que en este nuevo hotel se hubieran hospedado hubieran tenido el honor de compartir espacio –aunque en momentos distintos de la historia– con ilustres como Francisco de Goya, de quien se dice que se alojó en la posada. También lo hicieron Eduardo Jimeno, autor de la primera película que se filmó en España (Salida de misa de 12.00 del Pilar de Zaragoza), quien incluso habría revelado su obra en este edificio. El reyJuan Carlos, cuando era cadete en la Academia General Militar (AGM), también habría dormido en la Posada de las Almas. Y también Francisco Franco, antes de ser dictador, cuando era precisamente director de la AGM.

Antigua inscripción en la entrada de la Posada de las Almas.  | FOTOS: MARÍA MUÑOZ

Antigua inscripción en la entrada de la Posada de las Almas. | FOTOS: MARÍA MUÑOZ / MARÍA MUÑOZ

Y es que la Posada de las Almas fue durante siglos una referencia para todos los viajeros y comerciantes que pasaban por Zaragoza. Toreros, artistas, poetas y bohemios han caminado entre sus pasillos y han utilizado alguna de sus camas. Incluso el ilustre escritor Benito Pérez Galdós menciona a la Posada en uno de sus Episodios Nacionales, el dedicado a Zaragoza.

La inscripción

En su fachada, hoy en día, todavía sigue habiendo evidencias del encanto que tuvo el lugar cuando estaba abierto. En una placa de cerámica, una inscripción reza: El que quiera hacer morada en aquesta población tiene a su disposición esta casa de posada.

Pero si hay algo que llama la atención y que resulta, cuanto menos, inquietante, es el enorme escudo situado justo encima de la entrada que servía para el acceso de los carruajes. En una talla en piedra, cinco personas aparecen rodeadas de llamas, como si estuvieran en el purgatorio. Eso, junto al nombre del lugar, la Posada de las Almas, hace que el enigma y el aura del edificio no tenga parangón en la ciudad.

Pero todo ese encanto sigue encerrado hoy en un edificio de cinco plantas de ladrillo y piedra que lleva cerrado desde hace 15 años sin recibir visitantes, ni ilustres ni anónimos, ni forasteros ni locales. Muchas de las casas originales del Renacimiento aragonés han desaparecido motivo de la especulación urbanística y las guerras. Otras han sido reformadas y dotadas de un uso. Pero las hay también que esperan a que haya alguien, sea una institución o un particular, que les devuelva el esplendor de antaño.

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