La actualidad del Real Zaragoza

Edgar Badía, un nuevo rol y un futuro por decidir

La suplencia del catalán abre otro escenario antes de un verano en el que debe regresar al Elche y donde salvo giro de la situación no se quedará

El portero está feliz en Zaragoza, donde lo había jugado todo hasta el retorno de Cristian frente al Burgos

Edgar Badía atrapa un balón en un entrenamiento.

Edgar Badía atrapa un balón en un entrenamiento. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

La decisión de Víctor Fernández de apostar por Cristian Álvarez ante el Burgos supuso la primera suplencia de Edgar Badía tras 16 partidos en el marco del Real Zaragoza desde que llegó durante el parón navideño. Fue una decisión técnica, como el propio entrenador reconoció después, al asegurar que “he considerado oportuno que jugara ya Cristian, lleva un mes entrenando en plenitud”, dijo Víctor, para el que el argentino fue su arquero titular en la anterior etapa en el banquillo zaragocista, 18-19 y 19-20. Entonces, la competencia era Ratón, pero ahora está Edgar Badía, de rendimiento excelso, con muchas paradas salvadoras, a su llegada y algo inferior después, pero sin un solo error de bulto, por lo que la decisión era delicada y puede tener connotaciones a futuro, en la posibilidad de que el catalán continúe.

El Zaragoza tiene, a la espera de lograr la permanencia matemática con lo que venga después, paralizado cualquier movimiento de cara a la próxima temporada. El de Badía, como es obvio, no es una excepción. Como es habitual en este tipo de decisiones de cambios, mucho más en una posición tan delicada como la portería, Víctor explicó el porqué de la misma en el interior del vestuario, acudiendo lógicamente a la decisión técnica. Dado que la portería no debe ser un foco de relevos continuos salvo momentos puntuales de grandes errores o por situaciones imprevistas, lo normal es que Cristian acabe la temporada bajo palos y Badía en el banquillo. El arquero argentino recibió tres dianas del Burgos, pero el propio Víctor fue el primero en exculparlo de cualquier responsabilidad por la eficacia que tuvo el rival.

Cambios en la portería este verano

A Cristian le queda un año más en el Zaragoza (A Poussin, dos y a Rebollo, uno, pero en ambos casos saldrán este verano) y este miércoles dijo que en ningún modo pensaba en la retirada. Una temporada le queda también a Edgar Badía en el Elche. En su cesión en La Romareda había una opción de compra obligatoria y de nulo coste en caso de ascenso, pero ese escenario no se va a dar. Tiene que regresar al Elche, donde tanto Dituro como San Román tienen contrato la próxima temporada y obviamente si Sebastián Beccacece, técnico de confianza del propietario del club, Christian Bragarnik, sigue las posibilidades de que Badía se quede en el Martínez Valero son en la práctica nulas. Su salida pasaría entonces por una rescisión del año que le resta.

“No escondo que estoy contento y feliz aquí, disfrutando en el vestuario, con el club y de la ciudad, tratando de aportar a que el equipo pueda mejorar”, aseguró hace poco más de un mes

En ese escenario de ser un jugador libre en verano, lógicamente los emolumentos del portero, elevados por su gran papel en el Elche en estos años, no serían un problema tan importante porque habría que negociar un nuevo contrato. El Zaragoza contaría además con la ventaja de que el portero conoce La Romareda y está encantado con la ciudad. “No escondo que estoy contento y feliz aquí, disfrutando en el vestuario, con el club y de la ciudad, tratando de aportar a que el equipo pueda mejorar”, decía el 27 de marzo Badía, un arquero al que no le faltarán posibilidades si logra la carta de libertad en verano. Y la del Zaragoza sería bien considerada por el catalán, aunque el escenario ahora de su suplencia la pueda hacer ver desde otra perspectiva.

La lista de paradas

Badía, con 14 goles en 16 partidos en el Zaragoza, cayó de pie en el equipo, siendo decisivo en muchos partidos. En Elda salvó el punto con una parada increíble en el 76 en un córner de Marc Mateu que desvió y acabó en el palo, además de otra buena reacción a cabezazo de Dumic. Ante el Andorra y con 1-0 en el marcador, evitó el empate en un remate de cabeza de Scheidler y salvó otro disparo de Karrikaburu, este más sencillo. Su mejor intervención fue contra el Sporting y con 1-0. Un disparo de Cote lo desvió lo justo a mano cambiada para que diera el balón en el travesaño, justo antes de que el Zaragoza sentenciara el pleito con dos dianas más. En Ipurua no pudo hacer nada con el cabezazo de Bautista, pero sí le sacó un mano a mano al delantero y otro remate a Soriano en la horrorosa primera media hora zaragocista ese día. Mientras, contra el Cartagena en La Romareda, antes de que el Efesé marcara el 1-2 pese a tener solo diez jugadores, lo evitó en un mano a mano ante Arnau Ortiz. Y ante el Villarreal B, en la mala salida zaragocista tras el descanso, rectificó sobre la marcha en un disparo de Altimira que no tocó Carlo Adriano y que despejó lo justo para salvar ese día también las tablas. 

Con Víctor su lista de milagros ha bajado, aunque tuvo también una buena parada ante Obeng en el derbi. Badía se ha hecho por así decirlo más terrenal, encajando goles ante el Leganés, en el cabezazo de Miguel, que quizá en otro momento habría salvado, o en el fuerte disparo de Dela (Levante) en el Ciutat de Valéncia, acciones en todo caso de extremada dificultad para un meta y que no pueden ser considerados errores.

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