TORMENTA EN ZARAGOZA

Atrapados por la tormenta: "Hemos tenido suerte: el agua solo nos llegaba al capó del coche"

Varias decenas de vehículos quedan atrapados por una enorme avenida de agua en la Z-30, junto a Parque Venecia, y los testimonios describen los momentos de "angustia y miedo" entre los vehículos "chocando unos contra otros"

Varios coches, atrapados y chocados en la Z-30.

Varios coches, atrapados y chocados en la Z-30. / Andreea Vornicu

Jorge Bueno

Una tromba de agua y angustia se ha apoderado de Zaragoza esta misma tarde. Las imágenes hablan por sí solas, pero más valen las palabras de quienes han quedado atrapados en la Z-30 mientras un río de barro hacía colisionar decenas de coches y sembraba el caos en los alrededores de Parque Venecia. "Estábamos dentro del coche y venía agua, y más agua, y más agua. Los coches del carril derecho se iban parando mientras los del izquierdo avanzaban con lentitud. Nosotros nos hemos cambiado a la derecha por miedo y, de repente, el agua los ha hecho retroceder a todos. Hay coches en la carretera que el agua les ha llegado hasta el techo. Nosotros hemos tenido suerte, solo nos ha llegado hasta el capó". Así lo contaba Luis Ramos, un joven que acababa de apearse de su vehículo, un coche del que no sabrá nada hasta mañana, cuando los servicios de grúa empezarán a actuar.

"Estabamos encerrados. El agua subía y subía y era muy angustioso", resumía Ramos. A tantos otros como él, que han permanecido en sus vehículos, los observaban con "absoluto miedo" los otros atrapados: los viandantes que caminaban por la circunvalación del Sur de Zaragoza, como Salas. "Es que ha sido de repente. Nos hemos intentado refugiar debajo de los puentes de la Z-30 para seguir avanzando después. Y ¡pum! Ha venido una tromba enorme que pasaba por encima de los coches. Era algo exagerado, empezaban a moverse y chocaban entre ellos", relataba la mujer, que, con "miedo" dice que "te vienen a la mente las imágenres de todas las riadas que ves por la televisión".

Poco a poco han ido viendo cómo otros lo pasaban incluso peor. Como la joven que ha resistido casi como los numantinos sobre el techo de un coche. Mercedes estaba en frente de ella, refugiada bajo un puente: "La pobre ha intentado sujetarse durante toda la riada. Ha estado al menos una hora hasta que han llegado los bomberos. Cuando han venido a por ella, no tenía ni fuerzas. No podía ni tenerse en pie", explicaba la mujer, con voz temblorosa.

Todos los testigos coinciden en el relato de los hechos: la avenida de agua llegó de repente, como si de una presa derribada se tratase “Primero corría algo de agua, lo normal. Al instante, los coches que se desviaban por la acera. Y de repente, una riada de dos metros. Teníamos mucho miedo. Los coches se los llevaba el agua con gente dentro, a nuestro alrededor", proseguía Mercedes, que agradecía a la providencia que una furgoneta hubiera quedado en frente suyo. "Creo que por eso nos hemos salvado los golpes del coche", decía Mercedes.

Del mismo modo, pese a las espectaculares imágenes de ciudadanos aferrados Daniel Messeguer, “Solo tengo que lamentar daños materiales, lo que es una suerte. Nunca había vivido nada igual, dentro del vehículo. Al principio era impaciencia e incertidumbre, pero vamos, es una catástrofe natural más como otras que se ven últimamente".