Jovic ejerce de líder

Stefan Jovic está en el Casademont Zaragoaza para ser el líder que hiciera jugar a un equipo falto de experiencia y de carácter, vino a decir Porfirio Fisac la semana pasada en una entrevista con este diario. Ese fue su papel en la trascendental victoria frente al Betis (89-82), sobre todo en un tiempo extra en el que no abandonó la pista para guiar a su equipo. «En la prórroga Stefan Jovic nos ha dado tranquilidad, ha sabido dónde poner el balón y los demás han seguido su camino», reconoció después el técnico segoviano.

La sensación que quedó en la grada tras el partido fue, aparte de alivio y alegría a partes iguales, de que sin el base serbio el desenlace podía haber sido muy distinto. Jovic debe seguir un programa específico de trabajo durante los primeros días de la semana y está en manos de los fisios y médicos del club para que su espalda le permita jugar al máximo nivel posible. Eso marca y limita también su forma de jugar hacia un baloncesto más pausado, con calma, sin muchas carreras.

La crónica del Casademont Zaragoza-Real Betis: Una sonrisa al filo del abismo (89-82)

Quizá el equipo necesite otra velocidad en algunos momentos, pero es indudable que el saber estar del serbio, esa tranquilidad, es un valor añadido para un equipo con una moral tan frágil. Lo demostró sobre todo en la prórroga. Estuvo en la pista los cinco minutos en los que, además de marcar el ritmo, anotó cuatro puntos. En un equipo con falta de anotación exterior, agravada con los problemas de Sant-Roos, no es poca cosa que el base pueda aportar 13 puntos como hizo Jovic ante el Betis. Además, repartió tres asistencias y capturó siete rebotes.

Los mismos problemas

El Casademont Zaragoza necesita de jugadores como Jovic, a los que no les queme el balón, que sepan mantener la calma, saber qué hacer cuando todo el mundo está en pánico. Porque el equipo aragonés sigue teniendo las mismas carencias que antes, que toda la temporada, reflejadas en dos estadísticas que le siguen lastrando y que debería mejorar para que su futuro no dependa de que los rivales tengan un día peor. El conjunto de Fisac le ganó al Betis anotando únicamente cuatro triples en 45 minutos de juego. Ninguno en toda la segunda parte, uno en la prórroga. Su porcentaje fue un pobre 21,1%. El Betis acertó 13 veces y eso le mantuvo con vida pese a su pobre acierto de dos puntos.

La otra constante negativa en el Casademont son los tiros libres desperdiciados. Hasta 12 malogró frente al Betis (23/35), un encuentro que llegó igualado a los 40 minutos y frente a un rival que tiró diez veces menos y solo falló cuatro. Ocho erró durante los cuarenta minutos y hasta cuatro en el momento decisivo del partido. Una muestra de la excesiva tensión que atenaza a los jugadores del Casademont, sobre todo en los momentos clave. El domingo, la remontada del Betis en la segunda parte recuperó de golpe todas las dudas del equipo, todos sus temores, y la tragedia se mascaba de nuevo en el ambiente.

Por eso la calma, la serenidad y el liderazgo de Jovic son tan importantes y pueden serlo en los próximos meses, aunque haría bien el Casademont Zaragoza en tener más jugadores y más aspectos a los que agarrarse en el largo camino que le queda hacia la salvación. Porque la espalda todavía puede jugarle malas pasadas al base y porque el equipo necesita más argumentos para poder competir ante los equipos que no están en una situación tan delicada como la del Betis.

Y es que, salvo la milagrosa victoria frente al Real Madrid, el Casademont Zaragoza solo ha sido capaz de ganar a equipos implicados en la lucha por la permanencia: los dos duelos al Betis, frente al Granada y en Manresa. Incluso perdió uno de esos duelos directos, en casa ante el Fuenlabrada. El equipo aragonés se mantiene fuera de los puestos de descenso porque hay equipos en una situación aún peor. De momento cuenta con un Jovic que cumple el papel asignado y se echa el equipo a su maltrecha espalda.

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